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Cómo los colegios pueden enfrentar eficazmente el bullyng

“La estrategia básica para abordar este tipo de agresión es generar en los colegios ambientes colaborativos y de participación en donde, desde la educación parvularia, se les enseñe a los niños, de una manera muy pensada y guiada, estrategias de afrontamiento, habilidades sociales como la empatía, el trabajo en equipo, estilos de resolución de conflictos, autoconocimiento y tolerancia a la frustración, entre otros”.

                Así lo señala la sicóloga experta en educación de la Red Cognita Marlene Muñoz sobre los preocupantes índices dados a conocer por la Superintendencia de Educación en relación a lo que se denomina “bullyng”. El informe certificó que  un 47,5% de las denuncias son por agresiones sicológicas al interior de los establecimientos educacionales y que un 35,5% son por maltrato físico. En el desglose de los maltratos psicológicos, el 39% corresponde a amenazas y acosos; mientras que el 19% son insultos y el 18% burlas o descalificaciones. Además, la mayoría de las denuncias –según el informe- ocurren en octavo básico, con un el 14%.

PREVENCIÓN DESDE EL PRIMER DÍA

                “Es muy importante trabajar desde el primer día de clases estrategias en las que el profesor enseñe no sólo con sus palabras, sino que también con su lenguaje corporal, estilos de acercamiento a sus estudiantes, liderazgo colaborativo y, de manera prioritaria, desarrolle un vínculo afectivo y de conocimiento profundo de su curso. Ojalá manejar la historia personal de cada uno de los estudiantes”, dice la sicóloga Marlene Muñoz, de la red Cognita, a la que pertenecen los colegios Pumahue y Manquecura de todo el país.

                Agrega que son “factores preventivos y protectores, pero que cuando ya nos encontramos con casos de bullyng, la manera de enfrentarlo depende de la etapa del desarrollo en que se encuentre el estudiante. Debemos mostrarle que lo que está haciendo no es constructivo, y la forma de enseñarlo va a depender del nivel de madurez del joven o niño”. La sicóloga recuerda que por la Ley 20.536, Sobre Violencia Escolar, todos los colegios deben contar con un protocolo de manejo de casos de violencia.

- ¿Por qué es más recurrente el maltrato psicológico que físico?

-El maltrato psicológico es más frecuente, porque es un estilo relacional, que equivocadamente se ha promovido a través de una cultura competitiva, en la que tempranamente los niños buscan sobresalir por sobre el resto de sus pares, procurando hacer valer “las cosas a su modo”. También, porque estamos en una sociedad predominantemente individualista, en donde el niño socializa menos en espacios abiertos, lo que genera dificultad para tolerar la diferencia, ya que lo distinto le provoca una sensación de amenaza por lo que se tiende a minar la autoestima o seguridad del otro.

                Marlene Muñoz explica que el maltrato sicológico es predominante y  va más allá de las aulas. “Es un estilo de relación del niño o joven con su entorno más inmediato y éste puede provenir desde una multi causalidad de factores, como los estilos de crianza de los padres, las demandas competitivas del medio social (en donde lo comunitario pierde fuerza), factores emocionales como la baja autoestima, personalidades que esconden una profunda inseguridad, traumas, etc”.

                La sicóloga de Cognita precisa que en los niños, a medida que transcurre su proceso madurativo, se espera que estos impulsos vayan adquiriendo una forma socialmente aceptada y puedan desarrollar habilidades sociales para comunicarse con su entorno. “Cuando esto no ocurre surgen las situaciones de acoso o maltrato, es decir, hay un impulso desregulado, que se manifiesta a través de conductas disfuncionales al momento de enfrentar situaciones estresantes o conflictivas para el niño”.

SÍNTOMAS DE UNA VÍCTIMA DEL BULLYNG

-¿Cómo pueden identificar los educadores si un niño está siendo maltratado?

-Hay diferentes tipos de señales de estar siendo víctima de maltrato como por ejemplo pedir frecuentemente permiso para ir a la enfermería, mostrando síntomas psicosomáticos de estrés, como dolores de estómago o de cabeza sin correlato biológico. También no querer participar en actividades lúdicas, celebraciones o espacios en donde el curso comparte de manera más espontánea. Andar solo o sola en los recreos, compartir poco con sus pares, tendencia a aislarse. Otros indicadores que ayudan a reconocer la situación es “bajar de manera abrupta sus calificaciones y ausencias escolares recurrentes sin justificación de los padres”, indica.

-¿Pueden los mismos compañeros ayudar a identificar estos casos?

-Son los pares los primeros que ayudan a identificar lo que puede estar sucediendo con el niño o joven. Es muy importante trabajar con redes colaborativas dentro del ambiente escolar. Es fundamental trabajar con “testigos” y promover la comunicación a nivel de la comunidad educativa, ya que cuando se cae en la llamada “ley del silencio” el tema es mucho más complejo de pesquisar y de trabajar. “Cuando hay un agresor, hay una víctima, dándose una dinámica que es compleja de romper. Incluso, se ven casos en los que la víctima pasa a ser agresor más tarde. Ahí la importancia de poner las alertas en el círculo social, porque de alguna manera se puede quebrantar esta dinámica destructiva”, sostiene.

EL ROL DE LOS PADRES

                Sobre rol que los padres juegan para prevenir este tipo de casos, la sicóloga aconseja que deben ser colaboradores de los procesos educativos. “Coordinar reuniones con las directivas de los cursos para promover el buen trato entre la comunidad escolar; invitar a los padres a educarse en estos tema, a través de informativos mensuales; charlas de expertos, talleres para padres y promover la alianza escuela – familia, ya que la mayor parte de los casos que terminan en denuncias es cuando esta alianza no ha sido efectiva y/o las comunicaciones han sido deficientes”, concluye.