¿Qué dijo la ciudadanía con su votación en la 2ª vuelta de gobernadores regionales?
Lo primero es que le importan los temas de las ciudades, la buena y transparente gestión de los recursos provenientes de la inversión regional -que para 2025 llegarán a US$ 1.800 millones-, la calidad de los proyectos que se implementarán en las regiones dando así un respaldo a la descentralización regional y que esto no era un plebiscito al gobierno, ni era entre los del Apruebo versus Rechazo del 2022.
Se equivocó la derecha dura en su estrategia política y por eso, la ultraderecha del Partido Republicano no ganó ninguna elección regional, ni se instaló como el principal partido político. Fueron los grandes derrotados de este proceso electoral, revelando que la repetición mecánica del discurso de “movilización del odio” que funcionó en EEUU y Argentina, acá no le permite llegar al 50% por lo que en elecciones uninominales no es ni será la mejor opción para la derecha.
Renovación Nacional con 15,5% en las elecciones de concejales se convierte en el partido más votado, con 61 alcaldes y 2 gobernadores regionales que no tenían, encabezan el fragmentado panorama del sistema político, lo siguen Republicanos con 13,8% de votos en Concejales, después UDI/Evopolis con 12,6%.
Después viene la fragmentada representación social de la izquierda y la centroizquierda con las siguientes votaciones: FA con 7,2%, PC con 6,2%, PS con 6%, PDC con 4,6%, PPD con 4,3%, Verdes Liberales con 5,5% y Radicales con 6,4% de la votación, revelando una aguda fragmentación que puede afectar el desarrollo futuro de las ideas progresistas; estos diferentes partidos debieran confluir en dos bloques (centroizquierda y la izquierda clásica) que compitan internamente por la hegemonía y conducción del sector, pero que parece difícil avanzar en esa convergencia progresista producto del rol del Partido Socialista que está tensionado en optar por alguno de esos bloques.
Es claro que un sector con 7 partidos políticos que suman 40% de la votación requiere ser un actor político más organizado y coordinado, con agenda de futuro común, tener liderazgos más transversales y la segunda vuelta a nivel regional mostró liderazgos como los de Claudio Orrego, Rodrigo Mundaca, Miguel Vargas, René Saffirio y otros, capaces de construir mayorías sólidas que superan los votos obtenidos en la elección del 26 y 27 de octubre.
Un desafío que tiene el progresismo democrático (o una fuerza humanista social demócrata) o como se llame en el futuro es construir mayorías sociales y políticas, lo que requiere nuevos liderazgos que no se encasillen en su nicho, sino que tengan la capacidad de atraer votos de otros sectores, ser más transversales en su actuar político como lo revelaron los sólidos triunfos de Claudio Orrego en la RM y de Rodrigo Mundaca en Valparaíso, los que incluso ganaron en comunas donde la derecha había triunfado en alcaldes en octubre.
La derecha y la ultraderecha en las mayores elecciones tuvieron derrotas estrepitosas como las de María José Hoffman -en la región de Valparaíso no ganó en ninguna comuna-y Francisco Orrego donde quedó claro que el estilo “sin filtro”, del discurso vociferante y agresivo, de la descalificación continua no moviliza a mayorías que requieren las autoridades unipersonales como son Presidentes de la República, Gobernadores Regionales o Alcaldes. En ambas regiones, Evelyn Matthei puso todo su capital político y le fue pésimo. Fue a eventos en Viña, Valparaíso, Con Cón, y en Santiago fue a decenas de lugares con el perdedor Francisco Orrego.
Orrego de la derecha, sólo ganó en las obvias comunas de Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura, zonas que si se presenta cualquiera que sea de derecha, gana la elección. También ganó en seis pequeñas comunas rurales. Y perdió en Providencia donde Matthei se la jugó por entera apoyándolo y habló de una supuesta "hazaña" del deslenguado Orrego, que perdió en 45 comunas de las 52 de la Región Metropolitana. "Es una hazaña" perder así. Obvio que no.
La derecha ha dicho, para argumentar sus triunfos, que ganó seis gobernaciones de las 16 en juego. El propio comediante y locutor radial de derecha Checho Hirane, ha asegurado que "perdimos y no hay vuelta". Es más, puso en riesgo la aventura presidencial de Matthei, sobre todo que en 10 días más dejará de ser alcaldesa y ya no tendrá los amables matinales, ni los amistosos noticieros centrales de algunos canales, mostrándola deteniendo motochorros y delincuentes en su comuna. Ahora deberá "meterse al barro de la política" donde no tiene gran expedición, como en el discurso después de la derrota de Francisco Orrego, donde señaló que "como se les ocurre que Pancho iba a ganar", pocos minutos después de hablar de "la hazaña" del agresivo Orrego.
Tampoco puede sentirse triunfador el gobierno ya que no saldrá de la crisis en que está instalado por su mal manejo del caso Monsalve que reveló la mala gestión de La Moneda y del círculo cercano del Presidente y que lo acompañará hasta el fin de su gestión, mucho más después de los dichos de la Ministra Tohá en que acusa al ex subsecretario de “haber defraudado la confianza del Presidente y la del país completo, de haber abandonado sus deberes”.
Después de esto el Gobierno seguirá en su crisis recurrente y es de esperar que los partidos políticos del progresismo saquen las lecciones adecuadas de estas elecciones donde se lea correctamente “la voz de las urnas” e inicien un proceso de reagrupamiento que apunte a consolidar una cultura política de diálogos, acuerdos, transversalidad, valoración de la buena gestión que nos permita salir del estancamiento político y económico-social que vivimos hace ya más de una década y que tiene cansados a la mayoría social y política.