Mientras el oficialismo se despliega en sus primarias legales que culminará el 29 de junio, la competencia en la derecha y la ultraderecha muestra que seguirá la tensión entre las dos derechas que llegarán sin acuerdo, sin diálogo y sin lista parlamentaria común a la elección de noviembre.
Será una feroz competencia mediática donde Chile Vamos y su candidata Matthei claramente han abdicado de la idea de mostrar gobernabilidad, capacidad de construir buenos acuerdos transversales para sacar al país del estancamiento social y económico en que está y jugará también a la política rabiosa y polarizante.
Pareciera que en el mundo de las dos derechas prefieren convertir la elección presidencial en una movilización electoral contra la administración Boric, cuestionar críticamente la mala gestión de estos años y no presentar propuestas de mejor gestión ni apoyar acuerdos transversales para resolver problemas históricos, porque lo que busca es movilizar al votante rabioso, molesto y enojado contra el actual gobierno.
Al apostar a esta movilización rabiosa no le importa el desafío de la gobernabilidad futura, ni tampoco mostrar alternativas de mejor gestión; sólo le importa el corto plazo y las ventajas electorales inmediatas.
Estamos frente a un mundo de derecha en que solo le importa derrotar a la actual administración cuya aprobación es muy baja como lo muestra la encuesta CEP y que llega sólo a un exiguo 22% y creen que eso es suficiente para gobernar.
Las dos derechas sin primarias, en estos dos meses seguirán promoviendo un ambiente de polarización y divisionismo como lo están nuevamente reiterando al rechazar las propuestas de la Comisión de Entendimiento y Paz que se han conocido este martes y no tiene problemas en dejar sin apoyo las propuestas que apoyó el excanciller de Piñera, Alfredo Moreno, la actual senadora exrepublicana Carmen Gloria Aravena entre otros miembros de la Comisión de Entendimiento.
Están convirtiendo en un asunto de Estado el anuncio de la relación amorosa entre la candidata Carolina Tohá y el Ministro Mario Marcel, incluso han realizado una presentación a la Contraloría sobre si hubo conflicto de interés en la relación amorosa privada, sobre unos supuestos ataques a su candidata Matthei.
Han presentado una nueva acusación constitucional ahora contra el delegado presidencial Gonzalo Durán por sus posibles responsabilidades en los hechos de violencia ocurridos para el partido Colo Colo vs Fortaleza.
Resulta desconcertante que las dos derechas agudicen la situación de polarización y rabia ciudadana en un momento social donde la “la mayoría sociológica” hoy está en la derecha que instaló su agenda de seguridad y crecimiento económico como prioridades sociales; que se refleja tanto en la agenda mediática como en la realidad cotidiana de los chilenos como nos recordó el narco funeral de Quilicura, donde la Villa Pucará terminó siendo un reducto donde son las bandas narcos las que proveen de seguridad y era la banda del guatón Mutema quién protegía a las familias de “los portonazos” y asaltos mostrando una vez más el fracaso -hasta ahora- de los gobiernos democráticos en la lucha contra el crimen organizado.
Además, la desconfianza hacia la élite y los partidos políticos es mayoritaria en los sectores medios y populares -superior al 55% en diversas encuestas- lo que se grafica en que los partidos políticos tradicionales están viviendo una crisis de representación, y una parte del electorado empieza a votar preferentemente por esta ultraderecha anti élite y polarizante como el Partido Nacional Libertario.
Hoy las derechas divididas marcan más intención de voto en las encuestas que lo que marca el mundo fragmentado de las centroizquierda e izquierda.
En este posible escenario desfavorable al mundo de la centro izquierda debiera importarle darle visibilidad a la elección parlamentaria y buscar el máximo de acuerdos políticos para que los sectores democráticos confluyen en una o máximo dos listas parlamentarias que le permita tener un buen resultado en noviembre y así lograr tener una representación parlamentaria importante más de lo que se proyecta en el presente los independientes logren construir una fuerza política amplia que pueda defender los avances sociales construidos en las últimas décadas.
A la derecha rabiosa hay que mostrar la alternativa de los acuerdos y la sensatez, muy importante para la política y para gobernar un país.