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Informe de Desarrollo Humano del PNUD: Chile es menos desigual que otros países latinos

Foto.-  (El Mostrador) La desigualdad en Chile se mantiene a pesar de que hay otros países que están peor. Chile es el país más desigual de la OCDE.

 

Con datos de 189 países y territorios, el Informe Mundial de Desarrollo Humano del Programa para las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entregó hace una semana sus resultados, que volvieron a confirmar a Chile en el primer lugar del Índice de Desarrollo Humano (IDH) en América Latina y el Caribe, con un índice de 0,843. Pero en el reporte, de 121 páginas, todavía quedan aristas por cubrir.

"Cuando se alcanzan niveles altos de desarrollo, seguir avanzando se vuelve de alguna manera un desafío cada vez más complejo, porque aparecen nuevos desafíos", explica a Emol el investigador del PNUD y coordinador del Informe de Desarrollo Humano en Chile, Rodrigo Márquez.

"Por eso es una tarea permanente de los países estar pendientes de desagregar sus indicadores para ver que nadie se quede atrás en estos logros y que todos y todas puedan llegar a un nivel semejante de desarollo humano", agrega Márquez, sociólogo que lleva desde 1995 colaborando con la oficina en Chile del PNUD.

Uno de esos indicadores es una variante del IDH, que también mide el desarrollo humano pero ajustado por desigualdad. ¿Qué significa esto? "Es un intento por ir más allá de los promedios y poder mostrar cuál es el impacto que tiene la desigualdad en sus distintas dimensiones en los logros del desarrollo del país.

Lamentablemente siempre genera un costo, le pone una suerte de impuesto al desarrollo humano, que hace que se pierda potencialidad en la capacidad de las personas para alcanzarlo", explica Márquez. En términos simples, el índice ajustado analiza la desigualdad en la distribución de ingresos, pero también la distribución de las capacidades educativas y los logros en materia de esperanza de vida.

En el caso de Chile, el IDH baja a un 0,71, lo que representa un 15,7% de pérdida. "Ese es el monto en el cual el valor total del IDH se ve reducido a causa de la desigualdad", explica.

"Si el IDH ajustado por desigualdad fuera una suerte de medida real de la distribución de las oportunidades, el índice sin ajustar sería un índice potencial: si no tuviéramos desigualdad, llegaríamos a ese nivel de desarrollo", añade.

El porcentaje de pérdida es menor con respecto al promedio de América Latina, que reduce su IDH en un 21,8%. Es, de hecho, el tercero menor en la región, después del de Argentina y Uruguay (14,3%). Brasil, por ejemplo, llega al 23,9%.

Esto significa que Chile es menos desigual de los demás países de la región. "Es importante tener esa mirada para calibrar en el largo plazo cómo se ha ido avanzando a través de los distintos años y gobiernos, pero eso no significa que no haya desafíos en comparación a los países de desarrollo humo más alto", advierte Márquez.

El porcentaje de variación de Austria es de un 8%, el de Finlandia de un 5,6% y el de Japón es aún menor: un 3,6%. En promedio, la pérdida porcentual de los países de desarrollo humano "muy alto" del índice es de 10,7%. "Comparando el índice de Chile con esos países, que es con quienes debiésemos aspirar a estar, sigue habiendo un importante déficit.

Esa es la comparación que nos debería desafiar, para poder seguir avanzando", señala el sociólogo. Pero aunque la medición muestra una posición ventajosa para Chile en la región, permite también estudiar la evolución de las tres variables principales que se consideran para calcular el índice: la esperanza de vida al nacer, los años de escolaridad y el ingreso nacional bruto (INB) per cápita.

En cuanto a la esperanza de vida, se observa una tendencia al alza: de 73,7 años en 1990, se pasó a 79,3 en 2015. Desde entonces la cifra ha variado muy poco: 79,5 en 2016 y 79,9 en 2017. Por otra parte, los años de escolaridad promedio están estancados hace tres mediciones: se mantuvieron en 10,3 durante 2015, 2016 y 2017.