Este lunes se informó la muerte de Cecilia Heyder, defensora de los derechos humanos conocida por su lucha a favor de la legalización de la eutanasia.
La noticia fue dada a conocer por su hija. “Durante esta madrugada ella falleció, pero siempre mantendremos en memoria y espíritu su ser luchador y perseverante“, escribió.
“Cecilia nunca morirá porque vive en nuestros corazones, pensamientos y recuerdos“, agregó la joven. El velorio de su madre será hoy en Bezanilla 1305, comuna de Independencia.
¿Quién era Cecilia Heyder?
Heyder se hizo conocida en 2014 luego de conseguir una “aprobación excepcional” para el ingreso al país del medicamento Sativex, hecho a base de marihuana, con el que podía controlar el dolor que sufría a causa de un cáncer de mamas y lupus.
Eventualmente, decidió no continuar con su tratamiento oncológico, su condición empeoró y adquirió otras patologías que agravaron aún más su ya delicado estado de salud. En diciembre de 2020 fue desahuciada por los médicos del Hospital San José.
Fue en ese entonces cuando comenzó su lucha por conseguir la eutanasia. “Pido a los senadores que dejen de lado por un momento los prejuicios moralistas y las creencias religiosas, se apiaden y aprueben el proyecto de ley humanitaria por un buen morir mediante eutanasia“, señaló en una carta abierta en julio de 2021.
“Tengo un cáncer, no sé si está ya en metástasis porque desde 2015 me niego a ir a un oncólogo. Tengo lupus sistémico eritematoso y hace dos años desarrollé un déficit de factor siete que me causa coagulopatías, hemorragias, mucho sangrado y mucho dolor”, relató en una entrevista realizada por AFP en 2021.
“Es cruel, es casi una tortura estar consciente emocionalmente y psíquicamente y ver que tu cuerpo se está apagando y tú sigues, sin dolor, pero sufriendo”, aseguraba.
“Si yo me quiero morir no es un asesinato. Es mi opción libre, soberana e individual de cerrar mi ciclo. Estoy sufriendo, es un acto piadoso, humanitario que me concedan morir”, afirmaba, tras reconocer el temor que sentía de morir antes de que se aprobara la ley.
“Creo que no la voy a ver. Como estoy físicamente no creo que la pueda ver, pero creo que es inhumano el sufrimiento que me están dando y todo lo que me ha tocado hacer para exigir una muerte digna”, añadió.
“Yo amo vivir, disfruto la vida. Disfruto las plazas, los parques, mis hijos, pero cuando no tienes una calidad de vida, es mejor un buen morir”, concluyó.