La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó por unanimidad este viernes la nominación de la ex Presidenta Michelle Bachelet como Alta Comisionada para los DD.HH. de la entidad multilateral.
De esta forma, la ex jefa de Estado, cuya postulación fue impulsada por el propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres, iniciará sus labores el próximo 1 de septiembre en la sede central del comisionado en Ginebra, Suiza, y permanecerá en el cargo durante cuatro años.
“Le deseamos mucho éxito y sabiduría en este desafío”, dijo el representante de Argentina en el organismo.
Sin necesidad de votación, los 193 estados miembros de la organización respaldaron a Bachelet, que había sido nominada esta semana por el jefe de la organización, António Guterres, tras consultas con los grupos regionales.
Todos los grupos regionales de Naciones Unidas celebraron este nombramiento y destacaron la gran experiencia internacional de Bachelet y su compromiso con los derechos humanos, en especial la defensa de las mujeres.
La ex Presidenta se pondrá al frente de la amplia estructura de derechos humanos de Naciones Unidas, con sede principal en la ciudad suiza de Ginebra.
Desde allí, Bachelet será la principal responsable de denunciar los abusos más graves y de trabajar con los Gobiernos para mejorar la protección de los derechos humanos alrededor del mundo.
El cargo está considerado como uno de los más complejos dentro de la ONU y sus titulares han sido a menudo blanco habitual de las críticas y presiones de líderes internacionales.
Con este nombramiento, Bachelet regresa a Naciones Unidas, donde fue entre 2010 y 2013 la primera directora ejecutiva de ONU Mujeres.
La ex Mandataria reemplazara al príncipe jordano Zeid Ra'ad Al Hussein, quien dejó el cargo luego de desarrollar una labor que fue crítica de los abusos de los derechos humanos en varios países, incluyendo a Estados Unidos y otras potencias.
El tono beligerante de Zeid le costó fuertes ataques por parte de numerosos Estados, como Hungría, que pidió abiertamente su dimisión, o con líderes como el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, lanzando insultos en su contra.