Oh I'm just counting

Jorge Baradit y la otra historia: “La elite económica chilena es muy ignorante y muy pobre espiritualmente”

En entrevista con Cambio21, el escritor situó al expresidente Piñera como representante de un sector al que solo le interesa la plata más que los valores. Como si a la gente la importara en tiempos de redes sociales y acceso a la información.

Por Luis Casanova R.
 
El porteño Jorge Baradit no quiere reescribir la historia. Sí aspira a contarla desde lo más cercano que tenemos, no mirando a las plutocracias.
 
A su juicio, este factor explica que “Historia Secreta de Chile” sea tan leída y que “Chile Secreto” marque números tan relevantes de rating.
 
En la siguiente conversación, intentamos definir el actual momento de nuestro país. La tarea no fue para nada sencilla. Sepa por qué.
 
 
Armando rompecabezas
 
- Éxito de ventas, ícono pop, nuevo fenómeno televisivo. ¿Cuál es de esos rótulos te gusta o desagrada más?
- Creo que lo más sano de todo esto es no pescar ni los buenos, tipo “best seller” o “rockstar”, ni los malos, como “destructor de los valores de la cultura occidental chilena” o “pagado por el marxismo internacional y los iluminati”. Ninguno. Soy escritor y no desde mucho tiempo. Empecé a publicar en 2005 y tengo 48 años. Nunca fue un escritor joven. Que algo así te pase después de los 45 es como para tomarlo con calma. Ya te sacaste la cresta mil veces. Si me hubiera pasado a los 21, tal vez estaría vuelto loco. Pero a esta edad, no. Cuando me piden que me defina digo escritor. Nada más. Todo el resto es superficial. A lo mejor, en tres años más nadie se acuerda de mi nombre, cachai. Va a dar lo mismo.
 
- ¿Tu éxito puede atribuirse, entre otros factores, a que en general el chileno está crítico con la política y las instituciones en general, incluida la historia? Por ende, como no lee tanto la televisión puede ser un buen método.
- Hay muchos factores, pero no estoy tan seguro que ese rol de mediador tenga que ver con el momento actual. En el caso de la historia, desde siempre ha habido un divorcio entre la academia y la gente común. Es una realidad que poco ha cambiado en los últimos ¡200 años! (ríe). Entonces, por ese lado, responde exclusivamente a una decisión que en algún momento tomamos con la editorial de intentar ser accesible con la historia de Chile, aunque los detractores digan lo contrario y más allá de la anécdota, de la caricatura y de la farándula. De hecho, es un error grave que cometen cuando analizan este fenómeno. Ahora, este puente que se abrió hizo explotar el tema, porque responde a una necesidad muy reprimida y latente, que es acercarse a tu propia memoria e historia. No había herramientas. Por eso que el flujo que se produce hacia esa respuesta fue tremendo.
 
- ¿Cuánto influye el actual momento cultural del país?
- A ver, también hay una cuestión circunstancial, que es la desclasificación como dices tú. Es un momento donde gracias a internet y las redes sociales vivimos un fenómeno tecnológico que hay que entender. Por ejemplo, el otro día, un tipo descubrió que detrás de los letreritos de ofertas de Jumbo, antes $2.500 hoy $1.990, él movió eso y el precio original era $1.990. Así empezó a revisar todos los productos, y todos tenían letreritos falsos adelante. En otra época ese gallo se habría enterado él no más. Pero lo puso en Twitter y tuvo 500 retuits. Eso significa que las redes sociales les permiten a los ciudadanos saltarse los cercos informativos, las restricciones y las pautas. No necesariamente ese dato habría sido interesante para cualquier medio, aunque fuera contrario al poder o ‘whatever’ (lo que sea). Existe la posibilidad de que los ciudadanos se comiencen a comunicar en grandes cantidades, lo que permite que el pequeño secreto se tire a una mesa muy amplia para armar rompecabezas.
 
- ¿Cuál sería ese rompecabezas?
- Corrupción, malos ratos, malversaciones, estafas y evasiones en todo sentido. ¿Qué pasó? La gente fue armando un rompecabezas donde se lee que “nos están cagando por todos lados”. Aparte de lo que uno venía sospechando hace mucho tiempo, aparecieron las pruebas, los mails filtrados, las páginas web hackeadas y los “Robin Hood” Julian Assange y Edward Snowden que le entregaron información a la gente. Ahí nace la pregunta: “si nos están cagando hoy, ¿cuánto nos habrán estafado hacia atrás?” Así aparece el interés por una historia que hable no solo desde las instituciones, que es lo que nos enseñan a nosotros desde el Ejército, el Estado y las presidencias de la República. Sale la historia desde las personas comunes.
 
- Por ejemplo, la Guerra del Pacífico.
- Así es. Parece que fue el descueve para Chile por el salitre, pero resulta que había niños y levas donde agarraban a los campesinos y los llevaban a pelear y despertaban en un tren en Copiapó camino al frente de batalla. Entonces, son puntos de vista desde los sectores invisibilisados que al Estado no le conviene conocer y que estaban esperando. Y cuando a la gente se la da información, descubre que han sido adoctrinados y educados en un volumen de datos donde faltan muchas cosas. Y con este ánimo de indignación dando vueltas calza súper bien.
 
Los Pérez y los González
 
- Da la sensación de que todo lo “under” salió a la luz. La entrega de información está en desarrollo y la censura solo existe en Corea del Norte. ¿Qué queda por develar?
- Esto está recién partiendo. El hecho de que le sigamos diciendo “under” indica que está en proceso. Recién hoy día causa expectación que Gabriela Mistral sea lesbiana. Muchas personas malentienden la función del trabajo que estoy tratando de hacer. Me dicen: “eso se sabe hace 20 años atrás”. “Sí hueón, pero tú y mil gallos de una elite intelectual de la región Metropolitana, ¿te fijai? Pero tú bajai dos o tres niveles, ¡no tienen idea! O sea, bajai cuatro y te das cuenta que hay personas que no saben situar a Arturo Prat. ¿En la independencia? ¿En el siglo XX? Un gallo de televisión me dijo: “¿Prat era amigo de Simón Bolívar, no?”. Es ahí cuando decí que esta hueá está mal y pésimo.
 
- “Sospechosa la hueá”, diría Bombo Fica.
- Claro poh. Cuando alguien afirma que “estas cosas ya se saben” o “esto ya está en un proceso de avanzar”, yo pienso que falta mucho tiempo. Si somos realmente democráticos tenemos que entender que si 4 o 5 personas de la elite sepan los datos y los procesos, eso no significa nada. Deben saberlo, conocerlo y manejarlo un porcentaje importante de la ciudadanía. Solo así podemos darnos por tranquilos. Son decisiones relevantes, como el ir a votar en una elección o salir a protestar. Entonces, tú me preguntai si queda algo por saber. ¡Queda todo!
 
- ¿Cómo le podríamos poner a esta parte de la historia de Chile? Pareciera que da lo mismo quien gobierne, el mercado, todo.
- Me da un poco de risa el rótulo de “Lado B” de la historia, porque eso lo acerca un poco a lo que sí existe, que es la farándula histórica. Es como fijarse en el tipo de papel higiénico que usan en La Moneda o cuántos baños hay. No es el punto. Hablar de las decenas de matanzas de trabajadores que han ocurrido en Chile, que son desconocidas para la mayoría, no es Lado B. Entender que un prócer como Prat no era conservador y cercano a la Iglesia como te lo pintan. De hecho, practicaba espiritismo y era cercano al ocultismo, pero también a la labor social que efectuaban grupos de izquierda en Valparaíso. Participaba en escuelas relacionadas con el anarco-sindicalista de la Benjamín Franklin. No es farándula histórica.
 
- Pero te gusta ocupar grandes titulares.
- Es cierto; “Arturo Prat era espiritista”, “Los corazones de los soldados de la Concepción”, “Gabriela Mistral era lesbiana”. Pero de ahí pa’ abajo el análisis es harto más amplio. Esto no es Lado B. Es un punto de vista social o más cercano a la gente común que ha sido dejada de lado. Así de simple. Qué le pasó a tu abuelo, que era campesino; a tu tío, que era obrero del salitre, o a mi abuelo, que era pampino. La razón por la que la gente no le hace ni cosquilla la historia que le enseñan en la escuela es porque no tiene nada que ver con ella. Ellos no se llaman Mackenna, Portales o Alessandri y no son grandes diplomáticos ni son generales arriba de caballos blancos. Son Pérez y González. Es como hablarles de otro país, pero de una historia de gente como tú, yo y mi mamá.
 
- Llegamos a las diferencias políticas de siempre.
- Es que este es un país que tiene que tolerar que una elite la dirija aunque no comparta sus valores. Uno no entiende por qué cresta no me puedo divorciar o no puedo abortar si mi hijo que viene con problemas. Y ahí descubres que el 70% de la gente apoya ese tipo de cuestiones y una pequeña elite te dice que no. O salen tarados como Henry Boys, que dice que “yo aporto con darme duchas frías”. ¡Cómo me habla ese país a mí! O cuando en mi época de porteño me imponen que el deporte nacional es el rodeo. Y yo que en mi puta vida había visto un huaso de cerca, solo los veía desfilar pa’l 21 de mayo. Esa construcción de Estado es de la elite, pero no me habla y no me interesa.
 
El valor de tener plata
 
- Tú has sido bastante crítico del expresidente Sebastián Piñera por Twitter. Lo curioso con él es que aun siendo empresario de derecha no viene de esa elite que ha escrito la historia. ¿Cómo se define ese fenómeno?
- Habría que aclarar que entendemos por elite.
 
 
- Digamos elite económica entonces.
- Claro, porque la elite aristocrática de Chile está muy venida a menos y aparece con fuerza desde hace un tiempo atrás esta elite económica, que es muy ignorante y muy pobre espiritualmente. Uno hasta podría decir que la elite aristocrática por lo menos aprovechó las lucas; se educaba con historia del arte y ejecutaba instrumentos. En cambio, esta nueva elite plutócrata es de tipos ignorantes que se mandan condoros que avergüenzan al país. Son pobres con plata no más.
 
- ¿Quién tiene la culpa?
- Creo que la tiene el recorrido histórico del país, cuando en un momento se situó a la educación como una herramienta de ascensión social en vez de algún valor ‘per se’. ¿Qué pasa? La gente entiende que la educación es para alcanzar un cierto estatus socioeconómico, no para ser mejor persona. Por eso desecha todo lo que no le sirve. Y es ahí como se ve a un país que de pronto puede validar eliminar horas de historia para meter más de matemáticas. O cuando alguien dice “para qué lees poesía si eso no sirve” o “pa’ que pintai si el arte no sirve. Estudia ingeniería, medicina o leyes”.
 
- ¿Qué tenemos hoy como resultado?
- Tenemos gallos exitosos, pero muy pobres intelectualmente… yo sitúo por ahí a este personaje y validado además por todos los acólitos y un sector de la sociedad que piensa que todo se trata exclusivamente de lucas. Entonces, el gallo es pillo y choro porque estafó y lo hizo antes. “¿Cachai lo que ha conseguido?”. Es choro porque tiene plata. Hueón, ¡Floyd Mayweather tiene plata! Que es boxeador. Al Capone tenía plata, que era un gánster. ¿Cuál es el valor de tener plata exclusivamente? Por eso que sitúo ahí a este personaje.