Un gran despliegue comunicacional, sobre todo en medios oficialistas, daba cuenta que la ODCE reconocía importantes avances en materia de integración social en Chile, lo que desde luego se buscaba asociar a la obra del gobierno.
"El estudio, que fue realizado con la cooperación del Ministerio de Desarrollo Social chileno, provee un extenso análisis de la movilidad social dentro y a través de las generaciones en las economías emergentes de la OCDE, y repasa las políticas que favorecen este fenómeno",l reconoce Emol.
Ex ministro de Desarrollo Social le puso paños fríos al estudio de la OCDE: "No da cuenta de la desigualdad extrema de la sociedad chilena", afirmó Marcos Barraza.
El exministro, se refirió al informe que asegura que en Chile los hijos de familias pobres tienen más posibilidades de llegar al 25% más rico de la población que en otros países. Para él, el estudio no refleja fielmente la realidad, ya que la riqueza se concentra en el último 10%.
Según el informe, Chile y Dinamarca lideran las cifras en torno a movilidad social. Mientras han surgido voces celebrando los resultados, otras se han alzado para señalar diversas aristas que podrían matizar la realidad reflejada. Una de ellas es la del ex ministro de Desarollo Social de la administración de Michelle Bachelet, Marcos Barraza. Otra, es que el estudio fue financiado por el ministerio de Desarrollo Social.
"Ese estudio no está midiendo la concentración de la riqueza", dijo Barraza, "Los datos administrativos en materia de ingresos de las familias muestran que hasta el sexto decil, es decir el 60% de la población, son ingresos que no están superando los 500 mil pesos", aseguró.
De hecho, Barraza se basó en otro informe de la OCDE, que posicionó a Chile en 2016 como líder en algo menos positivo: la desigualdad. En el índice de Gini, que mide la brecha entre los ingresos de los hogares más ricos y de los más pobres en un rango de 1 a 0, Chile obtuvo 0,456.
"La concentración se ubica especialmente entre el percentil 90 y el 99, y en el 1% más rico se concentra abrumadoramente. Sin perjuicio de que las políticas sociales puedan tener efectos redistributivos —y que por lo mismo demuestra que son necesarias—, uno puede inferir que el estudio no está dando cuenta de cuál es la desigualdad extrema que tiene la sociedad chilena", dijo el exsecretario de Estado a Emol.
"Tengo la impresión de que en los próximos años se van a visibilizar los efectos especialmente de la reforma en educación, y particularmente la gratuidad, porque evidentemente los sectores de menores ingresos van a tener mayores salarios a propósito de su posibilidad de acceder a la educación superior", aseguró Barraza.
"Sin perjuicio de que las políticas sociales puedan tener efectos redistributivos, uno puede inferir que el estudio no está dando cuenta de cuál es la desigualdad extrema que tiene la sociedad chilena" remarcó Barraza.
Y agregó que "La repercusión más directa de acceder a educación superior en una persona y en su familia es que le posibilita mejores ingresos y autonomía", indica. También criticó el parámetro utilizado por la OCDE de un 25% de población más rica. "No es una situación privilegiada, considerando que el 10% de la población concentra los mayores ingresos", dijo.
No dejó de llamar la atención del exministro que el informe que mide sólo a descendientes de familias pobres de sexo masculino. "Es un sesgo muy evidente y no está reflejando la realidad a plenitud. Es una lectura correcta de un universo, pero habría que contrastarla con el otro universo", aseveró.
Para Barraza, la movilidad social debe estimularse con políticas especializadas que permitan "el consumo y la calidad de vida a quienes estaban privados de ello por encontrarse en el porcentaje más bajo de ingresos". "Las reformas estructurales en el plano redistributivo son muy, pero muy necesarias", asegura. Como ejemplo, menciona políticas que permitan un acceso oportuno a la salud y aquellas referidas a la vivienda, ya que ambas "inciden altamente en la calidad de vida de las familias".