Mientras los alegatos en la Corte Internacional de La Haya siguen tensionando la relación entre Chile y Bolivia, por estos lares el rol del Frente Amplio, conglomerado que no tiene una única opinión sobre las aspiraciones de salida al mar de la nación altiplánica, sigue provocando reparos y apoyos dentro del mundo político.

 

Por un lado, los diputados del Partido Humanista suscriben la causa boliviana, mientras que Vlado Mirosevic, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara y líder del Partido Liberal, respalda la posición chilena.

 

En este ámbito, el analista de Red Liberal Davor Mimica expresó a Cambio21 que “lo complicado de la visión del FA es que está yendo en contra de los intereses, ya no del gobierno, sino que del Estado en su conjunto”.

 

“Y esto ocurre en momentos donde los argumentos del presidente Evo Morales marca posiciones bien complejas. Es como cuando el senador Alejandro Guillier dice que hay que canjear mar por territorio con Bolivia. Probablemente tiene razón, pero cuando un miembro de la comitiva parlamentaria concurre a La Haya y plantea algo así, lo que hace es perjudicar la posición de Chile. Y eso es lo que también está haciendo el Frente Amplio”, explicó.

 

“Creo que el FA comete un gran error, no tanto por pensar eso, sino que por el momento y la oportunidad en el que lo está diciendo. Una vez terminado el juicio y conocido el dictamen, independiente de cual sea, va a ser un momento más que apropiado para volver a conversar sobre el caso”, agregó.

 

 

Por su parte, Javiera Arce, analista y académica de la Universidad de Valparaíso, descarta efectos negativos hacia el frenteamplismo tras su posición de apoyo a la causa boliviana.

 

“Solo se trata de una diferencia de opinión, que es la misma diferencia que se pudo haber tenido en la Nueva Mayoría, donde sí había gente a favor -y también en contra- de llegar a algún tipo de acuerdo con Bolivia. Ahora, eso no significa que se va a poner una tensión en una coalición. Para nada”, declaró a este diario.

 

“Además, que hay una posibilidad de negociación tan exigua. Por ahora, no hay ningún tipo de espacio, salvo que el FA llegue a ser gobierno y se pudiera retomar la agenda de los trece puntos de 2006. Pero eso no va a pasar dentro de ocho o diez años más”, insistió.

 

Según la docente, no habría pasadas de cuenta hacia el FA si el fallo es adverso para Chile.

 

“Lo peor que podría pasar es que nos obliguen a negociar. Por otro lado, las argumentaciones de algunos abogados estuvieron algo débiles (este martes). No es tan fácil. Además que la presión política de Evo Morales cayó súper mal en La Haya. Es muy fuerte invocar como política el dar pena en temas de derecho internacional, donde es gente muy ceremonial y encumbrada. Se debe tener cuidado en las formas más allá del alegato”, resumió.