Por Equipo Cambio21
Por razones de fuerza mayor, como lo son los trabajos de adecuación para los 35 nuevos diputados que ingresarán a la Cámara Baja a contar de la temporada 2018, se tendrán que realizar algunas sesiones en la sede de Santiago del Congreso Nacional los días 6 y 7 de marzo próximos.
Tal situación hizo renacer el interés de algunos parlamentarios, que ya suma casi tres décadas, de traer de vuelta la sede del poder legislativo a la capital, que era donde ejercía sus labores antes del golpe de Estado de septiembre de 1973.
Fidel Espinoza (PS), presidente de la Cámara de Diputados, tomó la decisión luego de rechazar la idea de aplazar en una semana el reinicio de las actividades en el puerto. Obvio, la crítica feroz de la ciudadanía iba a estallar de forma inevitable.
“No me parece serio”
“Cada cuatro años se abre el debate, pero el cabo de un tiempo queda en nada”, comenta el diputado electo y expresidente de la Corporación Gabriel Ascencio (DC), quien declaró a Cambio21 que “no me parece serio que ahora este tema sea incluido en la agenda de los medios y de algunos parlamentarios”.
“Yo era uno de los que apoyaba que el Congreso estuviera en Santiago, pero con el tiempo se consolidó la idea de su ubicación en Valparaíso”, añadió.
“La verdad, trataría este asunto de otra manera, porque creo que costaría harta plata hacer eso. Y con todo el daño que ya tiene la imagen del Parlamento chileno, optaría por dejarlo de lado”, indicó.
Riesgo de incendio
Sergio Romero (RN), exsenador y expresidente de la Cámara Alta, agrega un poderoso elemento de seguridad que pesa sobre el elegante edificio de calle Compañía, en el frontis de la Corte Suprema de Justicia.
“En 1997 encargamos un estudio y un informe a Bomberos respecto a las instalaciones del exCongreso de Santiago, donde la respuesta -que está en los archivos de la Corporación- es que existen ventanas fijas que no se pueden mover, salvo que haya una autorización especial. Lo mismo que las rejas y las protecciones. Por lo tanto, si hay un incendio o una emergencia los daños serían cuantiosos”, explicó a este medio.
Ante esto, el histórico dirigente dice que “hay personas que hablan sin tener antecedentes y que por capricho piden trasladar el Congreso a Santiago. Yo pienso que si no hay alternativas reales, que no existen, ni siquiera lo discutiría”.
“Ya mucho se hizo con el nuevo sistema electoral y el aumento de parlamentarios, que en el fondo fue un traje a la medida del gobierno. Y ahora resulta que ahora se quieren llevar la sastrería a la capital. Me parece demasiado”, ironizó.