Foto: Pablo Neruda, pocas horas antes de su muerte
La doctora Gloria Ramírez, coordinadora del equipo de peritos de Canadá, Dinamarca y Chile que analizó los restos mortales del poeta chileno Pablo Neruda, entregó este miércoles 15 de febrero a la ministra en visita para Causas de Derechos Humanos Paola Plaza, en Santiago de Chile, el informe de la investigación, que demostraría que la causa de muerte fue envenenamiento, y no cáncer como sostiene desde 1973 la versión oficial.
Aunque se había previsto la consignación de un informe preliminar que sería completada con anexos, bibliografías y otros documentos en marzo, la ministra Plaza aclaró que, según le había sido comunicado por la doctora Ramírez, “los informes que hoy se han entregado son definitivos, no hay otra entrega el 7 de marzo”.
Ya el lunes 13 el sobrino del escritor, Rodolfo Reyes, había adelantado parte de las conclusiones de este informe, cuya entrega fue postergada dos veces, primero por la imposibilidad de uno de los expertos de acudir debido a los incendios forestales en la zona centro sur de Chile y luego por la falta de consenso entre los integrantes del panel.
“La bacteria Clostridium botulinum encontrada en su cuerpo —una toxina botulínica que puede llegar a afectar el sistema nervioso— no tendría por qué haber estado en la osamenta de Neruda; esto quiere decir que fue asesinado, que hubo intervención de agentes del Estado”, aseguró Reyes en entrevista del suplemento cultural Culto, del diario La Tercera de Chile.
El informe es el resultado de un ciclo de nueve días de reuniones de peritos locales e internacionales en el Palacio de Tribunales, en Santiago, para analizar los resultados de una serie de estudios a los que fueron sometidos los restos del poeta. La información que contiene no es vinculante, pero sienta las bases para que, a partir del mes de marzo, la magistrada Plaza comience el proceso de evaluar las pruebas científicas con la investigación judicial para determinar si hubo o intervención de terceros.
Como parte del documento se incluye un reporte escrito de los laboratorios de las universidades MacMaster de Canadá y Copenhague de Dinamarca. “Ingresó también, respecto de uno de estos laboratorios, un resumen ejecutivo de las operaciones que ellos desarrollaron y un informe de cada uno de los peritos que participaron como expertos revisores de la labor y operaciones de cada uno de estos laboratorios”, precisó la ministra Plaza, recordando que la investigación se encuentra en etapa de sumario. Uno de los informes no está en español y deberá ser traducido.
La ministra en visita para Causas de Derechos Humanos Paola Plaza comenzará en marzo la evaluación de las pruebas científicas contenidas en el informe. Poder Judicial de Chile
Neruda falleció el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe de Estado que llevó al poder al general Augusto Pinochet. Durante muchos años, se sostuvo que su muerte había sido causada por un cáncer de próstata que padecía, pero en 2011 el Partido Comunista de Chile presentó una denuncia que abría la posibilidad de que el escritor hubiera sido asesinado.
La denuncia se basaba en el testimonio del chofer de Neruda, Manuel Araya, quien afirmó que el poeta había sido inyectado en el estómago poco antes de morir. Araya niega que Neruda estuviera gravemente enfermo y asegura que su muerte fue resultado de la inyección que recibió. Sus declaraciones motivaron una investigación y en 2013 se exhumó el cuerpo de Neruda.
A pesar de que las primeras pericias no encontraron evidencia de la presencia de agentes químicos relevantes en el cuerpo del poeta, finalmente, en octubre de 2017, un grupo de dieciséis peritos confirmó que no murió de cáncer, aunque no pudo determinar la causa exacta, como informamos en Letralia 326. Se planteó entonces analizar una toxina, la Clostridium botulinum, que fue encontrada en una de sus muelas.
La muerte de Neruda se produjo en un contexto de represión política en Chile. El poeta, que había sido un fuerte opositor de Pinochet y del régimen militar, se encontraba en su casa en Isla Negra cuando fue detenido por las fuerzas de seguridad. En los días que siguieron a su arresto, Neruda se mantuvo en comunicación con sus seguidores y con líderes políticos y culturales de todo el mundo.