La alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, vinculó el financiamiento de ollas comunes que surgieron en la comuna durante la pandemia con el narcotráfico.
Durante el lanzamiento de los Fondos Nacionales de Seguridad Pública, en el Palacio Rioja de Viña del Mar, la edil repasó los alcances de las sustancias ilícitas: “Salen del Puerto de San Antonio 16,3 toneladas de cocaína. Eso hay que atacarlo con fuerza porque va a llegar un momento en que no vamos a poder”.
La alcaldesa siguió: “Todo esto significa la mayor presencia del Estado, el Estado no puede abandonar más a las comunidades porque cuando el Estado abandonó, las más de 120 ollas comunes que hubo en Viña del Mar, adivinen quién las costeó. Ese es el problema cuando no llega el Estado. En Valparaíso y en todas las comunas pasa lo mismo. El Estado está y ocupamos el espacio que otros no ocupan, que es el espacio de los delincuentes, narcotraficantes”.
Carolina Rojas, del campamento Manuel Busto, rechazó los dichos por Ripamonti. Además, aclaró el origen de sus financiamientos: “Como dirigentas rechazamos estos dichos. Durante el fuerte de la pandemia en nuestro campamento funcionaron varias ollas comunes, de las cuales jamás alguna tuvo nexo con el narcotráfico. Siempre han sido financiadas por las instituciones como la iglesia, tuiteros solidarios, particulares, las mismas dirigentas y el municipio”.
Una de las agrupaciones que coordinó estas ollas comunes fue la ONG Tuiteros Solidarios. Fernando Garay, encargado de la agrupación, llamó a no enlodar a los dirigentes: “Enloda a un montón de personas que ayudan desde el anonimato, los dirigentes sociales que hacen un tremendo esfuerzo por gestionar ayuda para tener un plato de comida para sus vecinos. Si tiene antecedentes, que los entregue a quien corresponda”.
En horas de la mañana, la misma alcaldesa Ripamonti subió en su cuenta en Twitter un video relacinado a la polémica: “La Estrella de Valparaíso publicó nota parcial, cortando completamente mis declaraciones. ¿Cómo se puede hacer esto con tanta libertad y sin responsabilidades? El daño es a la organización comunitaria que ha dejado su vida trabajando por el barrio”.
En el registro la alcaldesa señaló: “No vamos a generalizar y decir que todas las ollas comunes son así. Obviamente la mayoría de ellas fueron por gestión autoconvocadas de las propias comunidades, 99% mujeres que además de gestionar su casa se dedicaban a juntar comida para alimentar la comunidad. Hay que hacer las distinciones, no una generalización apresurada”.