La depresión es una enfermedad mental que limita la vida de quien la padece, en especial si no responde a los tratamientos. La buena noticia es que fue aprobado un nuevo medicamento basado en la ketamina, cuyo efecto es más rápido, ayudando a restaurar las células cerebrales de los pacientes.
Más allá de la tristeza
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que en el mundo hay alrededor de 300 millones de personas con depresión, lo que lo convierte en el trastorno mental más frecuente y principal causa de discapacidad.Entre los principales síntomas están:
Afortunadamente hay diferentes tipos de tratamiento, entre los más conocidos por su eficacia en casos moderados o graves, son los antidepresivos. Sin embargo, hay personas que sufren depresiones resistentes a los medicamentos, lo cual los pone en riesgo.
Sentimiento de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza.
Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración.
Pérdida de interés por las actividades habituales.
Alteraciones del sueño (insomnio o dormir mucho).
Cansancio y falta de energía.
Dificultad para concentrarse.
Problemas físicos inexplicables.
Tratamiento complementario en aerosol
Con el objetivo de ayudar a los pacientes que han probado dos o más medicamentos sin éxito, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), aprobó el uso de la esketamina, un medicamento de la familia de la controvertida droga ketamina o “Special K”, cuyo nombre será Spravato.
A diferencia de los antidepresivos tradicionales que buscan que más serotonina esté disponible en el cerebro, la esketamina se dirige al glutamato, un químico relacionado con el aprendizaje y la memoria; además de administrarse a través de un spray nasal. La eficacia de este medicamento se midió a través de ensayos clínicos a corto plazo, en uno de los cuales demostró tener un efecto estadísticamente significativo sobre la gravedad de la depresión comparado con un placebo.
Sin embargo, el Spravato no se administra solo, sino de la mano de un antidepresivo oral, además de hacerse bajo vigilancia. La razón es el riesgo para el paciente a consecuencia de la sedación, así como la prevención del uso excesivo o indebido, por lo que requerirá ser vigilado las 2 horas posteriores a su administración, además de estar impedido para conducir el resto del día de la dosis.
De hecho, en la etiqueta se advertirán estos riesgos, al igual que las posibles dificultades de atención y juicio, o pensamientos y comportamientos suicidas, entre otros efectos secundarios.