Oh I'm just counting

Gobierno anunció beneficios para los estudiantes no tradicionales en seminario de la U. Miguel de Cervantes

El subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, participó el pasado en un seminario organizado por la Universidad Miguel de Cervantes (UMC) sobre el perfil de los estudiantes no tradicionales, alumnos y alumnas que ingresan a la educación superior con más de 30 años y que ya representan un 20% de toda la matricula del sistema. 

Según señaló Orellana, “durante mucho tiempo, las universidades vieron estos fenómenos como anomalías, pero hoy debemos caracterizarlos por sus propios méritos y desafíos, ya que representan la nueva norma”.

La UMC presentó en esta ocasión el primer informe sobre este tipo de estudiantes en la educación superior chilena, según el cual el acceso de personas mayores a la educación superior ha experimentado un crecimiento explosivo, con tasas que van desde 25% en los últimos cinco años para alumnos entre 30 y 34 años, hasta un 80% para personas de 40 años y más.

En ese mismo período, mientras la modalidad tradicional diurna ha crecido sólo un 5%, la semipresencial subió un 106% y la fórmula a distancia (on line) lo hizo en 201%, según los datos oficiales del Mineduc.

En el seminario, que se realizó en el auditórium de la UMC, también participaron Patricia Roa, oficial de programación de la OIT; Macarena Letelier, gerenta general de la CPC y José Manuel Díaz, presidente de la CUT.

El subsecretario de educación destacó el informe presentado por la UMC y abogó por una nueva estrategia nacional de educación superior, que valore y destaque el esfuerzo especial de las personas mayores en la obtención de un grado académico, lo que se inscribe en la labor del Consejo Asesor para la Estrategia de Desarrollo de la Educación Superior. Muchos de estos estudiantes ya tienen un trabajo, familia e hijos, logran alta empleabilidad al graduarse y habitualmente no cuentan con gratuidad. 

“Las trayectorias no lineales no pueden ser evaluadas con los mismos parámetros que las trayectorias tradicionales”, afirmó Orellana. “La llamada “deserción” no siempre implica fracaso académico; muchas veces es una decisión racional frente a responsabilidades laborales o familiares. Por eso preferimos hablar de retención y de trayectorias educativas interrumpidas, no de abandono”.

Entre las medidas concretas, Orellana destacó: 

-Ampliar el alcance del Marco de Cualificaciones y del Sistema de Créditos Transferibles para adecuarlos al mercado laboral.

-Redefinir los indicadores de éxito institucional, incorporando nuevas métricas para las trayectorias no lineales y la compatibilidad estudio-trabajo-cuidado.

-Revisión la noción de retención y permanencia, considerando los retornos al sistema educativo después de interrupciones.

-Implementar seguimientos longitudinales de cohortes para medir la duración real de las carreras, más allá de la presión por la “titulación oportuna”.

-Incorporar indicadores de empleabilidad y de ingresos que reflejen la realidad ocupacional de estos estudiantes.

- Impulsar la ley “Yo Cuido y Estudio”, que introduce mayores niveles de flexibilidad para las personas que asumen labores de cuidado.

“Estos cambios buscan reconocer que la educación superior ya no pertenece solo a la juventud ni a quienes tienen dedicación exclusiva”, concluyó Orellana.

Los panelistas abogaron por un nuevo relato para este tipo de estudiantes, dejando de lado la calificación de “no tradicionales”, ya que su fuerte crecimiento los hace parte relevante del sistema. “Yo los llamaría los estudiantes valientes”, propuso Macarena Letelier, quién recordó su propio proceso de compaginar sus estudios universitarios con la vida de mamá. “Hay que ser valiente para compaginar los estudios con el trabajo o la familia”, señaló.

El presidente de la CUT, Manuel Díaz, coincidió con Letelier y relató su experiencia de haber accedido a un título de profesor habiendo partido como asistente en un colegio. “De auxiliar en un colegio entré a estudiar, me casé, tuve hijos y logré titularme de profe”, relató. 

“Este tipo de estudiante combina la mayor experiencia personal con los conocimientos prácticos y así puede integrar la teoría con mayor perspectiva”, dijo.

Por su parte, Patricia Roa planteó que “este tipo de estudiantes serán cada vez más centrales en el sistema, acercándonos a una nueva realidad del aprendizaje a lo largo de la vida”. Como ejemplo, señaló que cuando un estudiante de este tipo debe suspender sus estudios se trata de “un cruce de caminos”, más que un abandono, ya que muchos de ellos retornan a su carrera más tarde.

Finalmente, la rectora de la UMC, Marigen Hornkohl, agradeció sus aportes a los participantes y reafirmó el compromiso de esa casa de estudios superiores con estos “estudiantes valientes y guerreros” que, como aseguró, “nos permiten salir de la trampa que nos dificulta volver a crecer”.