Foto: Ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas en Talca, declarando humedal urbano
Por Antonia Paz
En la Región del Maule la protección ambiental se resume a actos administrativos y declaraciones de buenas intenciones. Así lo plantea la Corporación de Desarrollo Sustentable BIOECOTERRA, organización que, en un inusual gesto de optimismo, creyó que la reciente declaratoria del Humedal Urbano Cajón del Río Claro y Estero Piduco marcaría un antes y un después en la gestión ambiental del territorio. Pero como dice el dicho, “del dicho al hecho hay mucho trecho”, y en este caso el trecho se llama Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) Maule.
En una carta dirigida a la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, la ONG manifiesta su desconcierto al comprobar que proyectos de alto impacto —como el nuevo Casino y la edificación de una universidad privada— siguen avanzando sin evaluaciones ambientales serias, mientras se mantienen extracciones de áridos que nadie parece fiscalizar… o al menos no con mucho entusiasmo.
Más alla del fondo, también preocupa la forma: según relata BIOECOTERRA, al solicitar una audiencia con el Director Regional del SEA, fueron recibidos con una actitud que más parecía la de un gerente de empresa privada que la de un servidor público. “Prepotente, altanero y con una profunda alergia a la Ley de Lobby”, comentan, describiendo un encuentro que estuvo a punto de suspenderse por completo de no ser por el “bien superior”.
Pero la joya de la corona está en la respuesta del SEA a la consulta de pertinencia del proyecto del casino. Tras recibir un minucioso y profesional oficio de la Seremi del Medio Ambiente —con sólidos argumentos técnicos y fundadas recomendaciones— el SEA decidió hacer lo más lógico: copiar el documento… pero solo hasta donde le pareció conveniente. Omitió alegremente las partes incómodas, esas que pedían, por ejemplo, modelar emisiones de MP10, medir napas en distintos períodos climáticos o consultar a otras instituciones relevantes. Total, ¿para qué incomodar al titular del proyecto con tantos detalles?
“Uno se pregunta cuál es el valor agregado que entrega el SEA en este proceso”, ironiza Fabián Olave, presidente de la ONG. “Si van a copiar-pegar documentos ajenos, al menos que lo hagan completos”. La organización ya solicitó a la Contraloría que investigue si este tipo de “resúmenes creativos” se ajusta a derecho.
BIOECOTERRA reafirma que no se opone al desarrollo, pero que este debe ir de la mano con el respeto a la ley y al medio ambiente. Mientras tanto, el Humedal Urbano Cajón del Río Claro parece seguir esperando que su protección vaya más allá de un decreto en el Diario Oficial. Porque, al parecer, algunos entienden la sustentabilidad como un bonito discurso… hasta que hay que ponerlo en práctica.