El abogado Gerardo Varela, exministro de Educación de Piñera, afirmó que la acusación constitucional en contra de Marco Antonio Ávila es una oportunidad para que la oposición termine con el “abuso” de este instrumento que partió, a su juicio, en 2008 cuando fue destituida Yasna Provoste, en el primer gobierno de Michelle Bachelet.

“Creo que es una muy mala idea el abuso de acusaciones constitucionales, particularmente contra los ministros de Educación. Quiero reivindicar al gran Patricio Walker (exsenador DC), que se opuso y votó en contra de la acusación constitucional contra Harald Beyer (destituido el 2013). Estas acusaciones las empezó la derecha con la Yasna Provoste y la debiera terminar la derecha y yo creo que esto es una oportunidad de terminarla”, afirmó Varela en entrevista con radio Duna.

Varela fue ministro de Educación en el segundo gobierno de Sebastián Piñera y permaneció menos de cinco meses en ese cargo. Una serie de declaraciones desafortunadas selló su suerte en ese gabinete y fue reemplazado por Marcela Cubillos. Su sucesora también debió enfrentar una acusación constitucional en octubre de 2019, que no fue aprobada.

“Ser mal ministro no viola la Constitución, es ser mal ministro solamente. O tener un programa que a alguien no le guste, tampoco viola la Constitución. La Constitución es clara y hay mecanismos de control que tiene el Congreso como las comisiones de investigación o las propias interpelaciones que son las más apropiadas para discutir una determinada agenda ministerial”, expuso Varela, acotando que la acusación constitucional, como “pena capital” en materia política, debe utilizarse con cuidado.

Como argumento en contra del libelo acusatorio de siete capítulos en contra de Ávila, Varela comentó, a modo de ejemplo, que se le acusa por situaciones que afectan a la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) y se trata de un organismo cuya dirección es nombrada por el sistema de Alta Dirección Pública.

“La acusación constitucional ha degenerado en algo para lo que no estaba diseñada”, sostuvo el extitular del Mineduc.

“No considero que la gestión de Ávila haya sido una buena gestión educativa. Pero él ha llevado adelante la agenda por la que los chilenos votaron, entonces me parece que no corresponde acusarlo constitucionalmente, otra cosa es que podamos tener una opinión respecto de si agenda debe mejorar o tener prioridades diferentes”, planteó el jurista.