En su declaración ante la Fiscalía, Manuel Monsalve, exsubsecretario del Interior, abordó las acusaciones de abuso sexual y violación presentadas por una asesora de su gabinete.
De acuerdo a una extensa declaración presentada por La Tercera, Monsalve afirmó que durante siete meses mantuvo conversaciones por WhatsApp con la denunciante, quien, según él, respondía con emojis de corazones rojos. Ahí declaró que aquello lo interpretó como señales de agrado.
“Empezamos a tener nuestras conversaciones vía WhatsApp, y desde febrero ella contesta mis mensajes con emoticones, con corazones rojos. Puede ser que una semana después de que se empezara a comunicar conmigo de manera más frecuente empezó a usar estos emoticones rojos, esto no era común”, planteó Monsalve.
“Esto al principio no me llamó la atención, después se mantuvo como una práctica por unos cuatro o cinco meses, hasta junio aproximadamente. En junio se producen conversaciones después de las 18 horas, mis posibilidades de hablar estaban dadas después de esa hora por mis ocupaciones. En mayo me empieza a compartir prácticas de carácter más personal, ya no de carácter laboral; en una de estas conversaciones ella me cuenta que vive en departamento, que vive sola, y que lo que más le gustaba hacer era sentarse en el balcón, fumar un cigarro y tomar café”, agregó el exsubsecretario.
“En este proceso de conversación surge la idea de tomarnos un café juntos y ella me dice que lo podemos hacer juntos en su balcón. A fines de junio por WhatsApp le escribo: ‘el café y el tabaco’, y ella me responde con un corazón. Posteriormente, el 15 de julio, le escribo ‘pendiente el café’, ella me responde ‘totalmente de acuerdo’”, explicó.
El beso del 1 de septiembre
El exsubsecretario también respondió ante la Fiscalía sobre el encuentro con su asesora el 1 de septiembre de 2023 en el Costanera Center, episodio que la denunciante señaló como el primer acto de transgresión a su intimidad: un beso inesperado que, según su testimonio, la dejó en estado de shock.
Monsalve, en cambio, aseguró que fue un gesto mutuo, en un contexto distendido, sin contenido laboral ni señales de rechazo.
En primer lugar, Monsalve aseguró que él eligió al Costanera Center como el lugar del encuentro porque es un sitio público donde podía pasar más desapercibido: “Como andaba tanta gente, menos atención se me ponía”, dijo.
Además Monsalve declaró que la conversación fue personal, sin temas laborales, y que ella mostró cercanía e interés: “Ella me dice que la próxima vez deberíamos juntarnos a beber vodka”, planteó el exsubsecretario.
También describió un ambiente distendido y con alcohol (dos pisco sour cada uno): “Ella se me acerca un poco a mí y me dice: ‘¿Qué es lo que buscas, una relación afectiva o sexoafectiva?’“, puntualizó Monsalve.
En tanto, sobre el beso, sostuvo: “Nos damos un beso mutuo, no hay gesto de rechazo o resistencia. (…) Nos despedimos con un beso en la mejilla”.
Monsalve también afirmó que ese encuentro duró unas seis horas, admitiendo que tenía interés en la denunciante. “Había construido un interés de juntarme con ella, y con ello entendí su interés. Ella es una persona joven, medianamente atractiva”, aseguró.
La versión de Monsalve sobre lo que pasó en el Ají Seco Místico y después
Tras el episodio del 1 de septiembre en el Costanera Center, Manuel Monsalve relató ante la Fiscalía un almuerzo en el restaurante Ají Seco Místico, al que cita como el siguiente encuentro con su subalterna.
“Esta idea de ‘volvemos a juntar’ se retoma, aunque no se concreta por diversas razones. Una parte de estas conversaciones son vía WhatsApp”, explicó Monsalve sobre la antesala.
Además aseguró que buscó restaurantes en el centro y, tras comprobar que muchos estaban cerrados, “encontré el Ají seco Místico, que está en Mac-Iver”
A partir de ahí estuvieron en una mesa junto a la ventana y personalmente pidió arroz con mariscos y machas a la parmesana, ella por su parte pidió salmón. También reconoció que bebieron pisco sour: “Nos los tomamos junto a la comida… perdí la noción con el segundo pisco sour hasta que despierto al día siguiente en el hotel“, aseveró.
En ese sentido, Monsalve declaró que sólo recuerda “un flashback” entre el segundo pisco y la mañana siguiente. Al despertar, envió mensajes a su escolta y a su jefa de prensa.
Y al ser consultado por haber despertado desnudo junto a ella, Monsalve declaró que no le pareció extraño. “No, dada las circunstancias y la conversación que habíamos tenido previamente. Ninguno despertó schockeado. Los primeros minutos de conversación daban cuenta de una situación inesperada para ambos, pero ninguno shockeado, la frase fue ‘se nos pasó la mano’”, declaró el exsubsecretario.
En otra instancia, Monsalve aseguró que la denunciante quiso intimar durante la mañana después, pero él se negó. A partir de ahí, los fiscales cuestionaron esa declaración y esto fue lo que dijo Monsalve: “Habíamos despertado de manera no planificada, yo me sentía mal, estaba con jaqueca, había partido como algo agradable, pero se había transformado en algo desagradable, y se lo traté de decir de manera no agresiva, por eso le dije ‘en estas condiciones no’”, aseguró.
“Hasta ese miércoles 25 no tenía señal o evidencia de alguna situación complicada con ella, salvo que ambos estábamos preocupados por no recordar los hechos, yo temía porque hubiera imágenes del día del hecho, pero jamás temí una posibilidad de que ella se sintiese objeto de algún delito de mi parte. Mi preocupación era ir a un punto de prensa y que algún periodista mostrara imágenes mías ebrio o caído en el restaurante”, dijo posteriormente sobre los días posteriores.
“Era una situación compleja, pero nada me indicaba que ella sintiera que había sido víctima de una agresión, por lo que me interesaba fundamentalmente recordar los hechos ocurridos, y que eso no afectara al gobierno, por lo que lo manejo de manera privada“, agregó en la parte final de la declaración revelada por La Tercera.
Finalmente, agregan que en un nuevo interrogatorio, el exsubsecretario fue consultado directamente sobre sus impresiones sobre el emoticón de corazón y por qué lo interpretó como un interés hacia su persona.
“Los corazones no son habituales en relación laboral, los corazones rojos son menos habituales aún, y esto expresa un mayor agrado de lo habitual, una mayor cercanía con la otra persona, para mí no son habituales. Esto no era para nada habitual con el resto de los funcionarios de la subsecretaría“, sostuvo Monsalve.