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Rebaja de edad para votar a los 16 años: la propuesta que gana terreno en todos los sectores… pero con matices

Desde los 15 años de edad es posible pertenecer a un sindicato y pagar impuestos con los primeros trabajos remunerados. Además, desde los 17 años exige la realización del servicio militar obligatorio. Dos candidatos a diputados y un analista político se refieren a esta propuesta.

Por equipo Cambio21
 
Lo que pareció como una propuesta de última hora terminó con la aceptación transversal de parte de diversos sectores políticos e ideológicos.
 
Se trata de la idea que planteó el senador y candidato a La Moneda Alejandro Guillier (PR-PS-PPD-PC), reducción de la edad mínima para votar de 18 a 16 años para las elecciones presidenciales, parlamentarias, alcaldes, concejales y consejeros regionales, la que busca ser impuesta a través de una reforma constitucional.
 
El motivo es obvio: en Chile, desde los 15 años de edad es posible pertenecer a un sindicato y pagar impuestos con los primeros trabajos remunerados. Además, desde los 17 años exige la realización del servicio militar obligatorio.
 
Por otro lado, en otros países ya existe este tipo de legislación, léase Cuba, Nicaragua, Brasil, Ecuador y Austria, siendo lo más cercano el caso argentino, que en 2013 vio debutar el voto para los jóvenes de 16 y 17 años para las elecciones generales.
 
Ojo con el “uso político”
 
Para Davor Mimica, analista de Red Liberal, “la principal gracia que tiene el voto joven es que se pueda hacer estando en el colegio, no fuera de él a los 18 años, donde hay otras prioridades y preocupaciones”.
 
“El contexto social del estudiante incluye la guía del profesor, la opinión de su familia y lo que opinan los compañeros de curso. Además que se ha demostrado en todos los estudios que la primera vez que vota la persona condiciona su opinión de la política hacia el futuro. Por eso que es relevante que se haga lo antes posible”, señaló a Cambio21.
 
 
A juicio del profesional, “el único inconveniente es el uso político que puede tener el voto con ciertos profesores y colegios hacia determinadas tendencias ideológicas, que es lo que se le criticó en su momento al ‘kirchnerismo’ cuando implementó el voto para menores de 18 años en Argentina”.
 
“Es una buena idea, pero para que funcione hay que hacerla bien. Es decir, con programas de educación cívica y con la convicción de que el voto en edad escolar es un componente esencial para el futuro del país”, insistió.
 
¿Obligar es educar?
 
Para dos candidatos a diputados que están viendo sus primeros pasos en campañas parlamentarias, Diego Calderón (DC) y Katherine Martorell (RN), la reducción de la edad mínima para votar a los 16 años es una iniciativa “interesante”, pero con matices.
 
Por ejemplo, Calderón, actual presidente de la juventud de la falange, sostuvo que “ya que los jóvenes en edad adolescente tienen la capacidad de discernimiento en materia penal respecto a las sanciones que impone la ley, es relevante que en el terreno de sus derechos tengan el deber de elegir a las distintas autoridades públicas en las elecciones”.
 
“Eso sí, yo soy de la idea de que esta propuesta no soluciona la falta de participación política. Por lo mismo, creemos que debe volver al voto obligatorio para los próximos años, pero dentro de una discusión que debe darse entre todos los estamentos de la sociedad”, manifestó a este medio.
 
 
Martorell, en tanto, expresó que aparte de la reducción de la edad mínima para votar existen otros temas que deben analizarse de forma transversal: “los niños del Sename, el voto obligatorio y la disminución de las dietas parlamentarias, tomando en cuenta lo bajos que son el sueldo mínimo y las pensiones”.
 
“Las ideas buenas hay que destacarlas vengan donde vengan. Y esta es una buena idea, porque ayuda a que aumente la participación de la juventud en la política, más aún ahora que se está comenzando a discutir la igualdad de género a corta edad y es claro que el discernimiento en materia penal, tras la realización de un delito, parte desde muy joven”, destacó para esta crónica.
 
“El interés por votar debe comenzar a una edad temprana”, remató.