En el contexto del inicio de la temporada de mayor radiación solar en el hemisferio sur, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta y reveló que un total de tres millones de personas pierden la vista anualmente producto de una excesiva exposición al sol.

Y es que la insolación en los ojos existe, y la falta de cuidado frente a la radiación ultravioleta puede desencadenar una serie de enfermedades visuales, causando irritación, visión borrosa e incluso la ceguera total en algunos casos.

"La exposición excesiva a los rayos UV se relaciona con diversos problemas visuales, como cataratas, pterigión, fotoqueratitis y cambios degenerativos en la córnea", explicó el jefe de sección de córnea del Hospital Italiano, el doctor Nicolás Fernández Meijide, de acuerdo a Infobae.

Para que lo tengas en cuenta, las siguientes son las principales patologías visuales provocadas por la excesiva exposición de los ojos al sol:

- Lesiones cutáneas perioculares: ocurre cuando el sol provoca lesiones tumorales en los párpados, una zona del ojo especialmente sensible y muy expuesta.

- Pterigión ("ojo de surfista"): es el crecimiento anormal de la conjuntiva (membrana que cubre el globo ocular) y que ocurre con más frecuencia en personas que trabajan al aire libre, sin la protección adecuada. Es dos veces más frecuente en hombres que en mujeres.

- Catarata: es la opacidad total o parcial del cristalino (lente natural del ojo), que reduce progresivamente la visión. Normalmente está asociada con la edad, pero también se concluyó que a veces están relacionadas con una prolongada exposición de los ojos al sol.

- Fotoqueratitis: lesión dolorosa y de corta duración producida por una exposición intensa a los rayos UV, que genera pequeñas ulceraciones en la córnea.

Los daños que provoca el sol en los ojos son acumulativos, por lo tanto es importante cuidarlos desde la infancia con el uso de anteojos y gorros. Se recomiendan lentes de sol que tengan filtro UV de 400 nanómetros y que, ojalá, tengan un diseño envolvente, para limitar la entrada de los rayos solares por abajo o por los costados de los ojos.