Funas, insultos en la calle, descalificaciones en las redes sociales, bromas, videos y una interminable lista de troleos hacen de la campaña de Sebastián Piñera la más vilipendiada de la actual campaña electoral.

 

¿A qué se debe tanta mala onda? Consultados por Cambio21, los sociólogos Javiera Arce y Giorgio Agostini entregaron algunas luces.

 

Por un lado, hay fobia política hacia el retorno del exmandatario a La Moneda después de cuatro años. Por el otro, es el típico rechazo hacia la persona que tiene mucho dinero. Juzgue usted.

 

 

De acuerdo a Javiera Arce, la campaña presidencial tiene diversos análisis, siendo uno de ellos “el antipiñerismo reinante, que es súper fuerte”.

 

“Hay gente y grupos electorales que les da francamente lo mismo votar por quien sea con tal de que no salga Piñera. Hasta por Mickey Mouse si es necesario”, ironizó.

 

 

En su opinión, este y otros factores han dañado el perfil del exmandatario en el tramo final de su candidatura.

 

“Se está desdibujando tanto en el último tiempo, que con esto del antipiñerismo Guillier no tendría que hacer muchos esfuerzos para ganar. O sea, yo creo que ya ganó. Sumado a lo que dijo Revolución Democrática y lo que hará el resto del Frente Amplio ya estamos. De verdad, desdibujó sus fronteras de derecha con las que partió, con un mapa político e ideológico claro. Pero ahora qué. Qué es eso de ampliar la educación cuando hace menos de cuatro años decía que era un bien de consumo. Eso es poco consistente en términos discursivos”, explicó la académica.

 

 

Giorgio Agostini, en cambio, lo mira socialmente: “hay un proceso muy subliminal y casi inconsciente de, por una parte, admirar a la gente que le va muy bien, que son los poderosos en términos políticos más que económicos, influencias a nivel internacional y que maneja varios idiomas. Pero al mismo tiempo, genera un profundo rechazo producto esto del ‘por qué él tiene eso que yo no tengo’”.

 

“Lo que se omite, que es algo muy común, es el esfuerzo y lo que esa persona tuvo que hacer para lograr ese estatus. Se le achaca que tiene todas esas cosas por suerte y por nacer en un determinado ambiente y donde ha cultivado varias relaciones, no la capacidad. Muchas otras personas pudiendo tener las mismas relaciones no lograron lo que el otro sí logró. Pasa mucho cuando pasa alguien con un auto nuevo y otro saca una llave y la raya”, manifestó.

 

 

Por consecuencia, “viene una visión política en la que el Estado me tiene que dar las cosas ojalá sin mayor esfuerzo”, remató el además psicólogo.