Donald Trump no quiere que Estados Unidos siga comprando más de lo que vende al resto del mundo. Eso le ocasiona un déficit comercial sobre todo por lo que le compra a China. Por eso ha empezado su guerra de aranceles contra los asiáticos. China ha amenazado con una segunda ronda de aranceles si Estados Unidos no negocia. La verdad que en Beijing creen que es imposible hablar con Trump.
La guerra de los aranceles: China y Estados Unidos ponen la economía mundial en juego
Por María Cristina Prudant
El arancel de EE UU puede afectar al 12% de los productos importados desde China. Al ser una disputa sobre tecnología y propiedad intelectual, añaden, podría impactar a artículos que incluyen ordenadores y teléfonos móviles. La primera decisión china fue atacar desde la carne de cerdo, frutas y vino hasta metales como tubos de acero que se compran a Estado Unidos.
Ahora los chinos anuncian una segunda ronda de aranceles si Trump no se sienta a conversar el tema con ellos. El problema es que para el Presidente estadounidense esto es más político que comercial porque él nunca quiere perder liderazgos y ha convertido la reducción de la brecha comercial en un pilar central de su política económica.
La segunda ronda de aranceles anunciadas por Beijing, que entrarán en vigencia en caso de que Trump acabe por oficializar esta nueva ronda de aranceles estadounidenses contra productos de alta tecnología chinos. Es una lista que ha sorprendido por su contundencia. “El Gobierno chino preferiría no aplicar estas contramedidas porque tienen un costo para el país. Pero seguirá adelante con los aranceles para disuadir a Estados Unidos; China necesita dejar claro que está dispuesta a responder del mismo modo si es necesario”, explica Julian Evans-Pritchard, economista de la consultora Capital Economics.
Reducir déficit comercial
Un especialista español dice que “las amenazas y las listas, sin embargo, muestran cuál es la actitud de las dos potencias. Trump cree que forzando la mano logrará que China entre en razón, porque depende más del mercado de EE UU que al revés. Su objetivo es reducir el déficit en 100.000 millones”.
“Beijing contraataca donde puede hacer políticamente más daño al republicano en las elecciones de noviembre e incluso en 2020: las comunidades rurales. La agricultura generó más de 19.000 millones en exportaciones hacia China en 2017, con 12.360 millones solo en soja. La segunda mayor partida son aviones comerciales, con 16.260 millones, seguida por los automóviles, con 10.500 millones” detalla.
China también es uno de los tres principales mercados para el equipamiento médico que se exporta desde EE UU, así como maquinaria industrial metales y computadoras y componentes electrónicos. La mayor economía asiática es receptora además de combustibles refinados, como el gas natural licuado, y otros derivados del petróleo, lo que explica los nervios en el sector energético, otro lobby de apoyo a Trump.
Segunda potencia
EE UU es la segunda potencia comercial del mundo. Exportó bienes por valor total de 1,55 billones en 2017. Si se incluyen los servicios, una categoría que siempre evita citar Trump porque está en superávit, ese volumen global asciende a 2,33 billones. Sin embargo, el pasado ejercicio registró importaciones que ascendieron a 2,89 billones, de las que 2,36 billones fueron en bienes.
China es el gran contribuyente a este desequilibrio. Las estadísticas del Departamento de Comercio más recientes reflejan que las importaciones de bienes chinos ascendieron el año pasado a 505.600 millones de dólares, un 9% más que en 2016. Es el mayor suministrador de bienes por delante de México y Canadá, sus socios en la zona de libre cambio en Norteamérica (Nafta).
Las compañías estadounidenses realizaron por su parte exportaciones al otro lado del Pacífico por valor de 130.400 millones. En este caso mejoraron un 12% en el año. China es el tercer destino de los bienes de compañías estadounidenses, por detrás de Canadá y México. Duplican los que van hacia Japón y Alemania. Se estima que el comercio genera unos 910.000 empleos en EE UU.
Perjuicios
Las autoridades chinas rebajan sensiblemente la cifra de déficit que defiende Donald Trump. Según datos de las aduanas, el país asiático registró un superávit comercial de 275.810 millones de dólares frente a Estados Unidos, un desequilibrio récord en los intercambios bilaterales de mercancías, pero menor (en 100.000 millones de dólares) a lo contado por Washington. El comercio con la primera potencia mundial generó el 65% del superávit comercial chino global.
Los más de 1.300 productos identificados hasta ahora por Washington para una nueva ronda de tarifas impactan directamente en el ambicioso programa de reconversión industrial china, cuyo objetivo es convertir al país en líder mundial en alta tecnología para el año 2025.
EE UU representa el 15% de las exportaciones globales de China. Llega de todo, especialmente electrónica y semiconductores que se consumen en masa en EE UU. Los teléfonos móviles manufacturados en fábricas chinas tuvieron un valor de 70.390 millones, a la que se suman 31.610 millones en accesorios.
El miedo es que el choque provoque una ruptura que dañe las relaciones entre las dos potencias, amenace el crecimiento y la estabilidad financiera. El riesgo de una guerra comercial, según el BBVA, “es bajo” y ven la maniobra de Trump como una “táctica” negociadora.
En la misma línea se expresa el profesor Xu Bin, de la escuela de negocios CEIBS, que confía en que ambos países encontrarán una solución negociada y evitarán un conflicto comercial a gran escala. “Estoy seguro de que el año que viene el déficit comercial se reducirá; China está dispuesta a hacer esfuerzos para que así sea. Pekín puede comprometerse a acuerdos que no afecten directamente a sus exportaciones hacia EE UU, desde aumentar su volumen de importaciones a animar a sus empresas a producir en suelo estadounidense”, sostiene.
Incredulidad china
El Gobierno de China aseguró este lunes que no es posible mantener negociaciones con Estados Unidos para evitar una guerra comercial entre las dos economías, debido a las amenazas de Washington en forma de aranceles.
En ese sentido, prepara un comunicado en el que se anunciará que profundiza en sus reformas para promover el comercio y la liberalización de la inversión, erigiéndose en un firme defensor del libre comercio, según informa la agencia Reuters.
Además, Li Keqiang, primer ministro, transmitió en una reunión con Antonio Gutierres, secretario general de la ONU, que “desafiar el multilateralismo con unilateralismo amenazará la paz y la estabilidad”.
Las fricciones
“Bajo las actuales circunstancias es imposible emprender negociaciones comerciales y las fricciones son culpa de Estados Unidos”, destacó en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Geng Shuang.
“Estados Unidos por un lado utiliza las sanciones como amenaza y por otro dice querer iniciar negociaciones, pero no sabemos cuál es el verdadero motivo tras esto”, subrayó Geng, que insistió en que China responderá a las medidas proteccionistas de EE.UU. con las contramedidas que sean necesarias.
“Si EE.UU. anuncia finalmente nuevos aranceles por valor de 100.000 millones de dólares (como el presidente Donald Trump insinuó la semana pasada) inmediatamente adoptaremos contramedidas sin dudarlo”, lanzó Geng.
El portavoz también advirtió que “el pueblo chino siempre cumple sus promesas”. “Nadie debe infravalorar nuestra decisión a la hora de salvaguardar nuestros derechos e intereses legítimos”, añadió.
Geng señaló, por otra parte, que los primeros afectados por la posible guerra comercial han sido los valores de las Bolsas estadounidenses, uno de los motivos que adujo para pedir a Washington que “no malinterprete la situación y detenga sus medidas lo antes posible”.
Efecto en Chile
En tanto en nuestro país también se comenta esta guerra comercial, la cual no se sabe dónde podría llegar o en qué terminará.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín señaló que “la guerra comercial, en caso de ocurrir, es definitivamente negativa. Esto de generar medidas proteccionistas para tratar de obtener alguna penetración en los otros mercados, que es lo que me imagino está detrás de lo que están buscando, es sin duda jugar con fuego”.
Larraín advirtió que “no saquemos cuentas alegres, cuentas de corto plazo porque estamos todos involucrados. Si aquí tenemos una caída del comercio mundial, a raíz de la guerra comercial, las estimaciones son que cada 5% de aumento en la protección tenemos entre un 0,1 y 0,3 puntos de menor crecimiento de la economía mundial”.
Caso Concha y Toro
El economista de la Facultad de Economía y Negocios de la UCEN, Jorge Gajardo señaló: “Creo igual que muchos que está por verse cuál va a ser la magnitud, la profundidad de las medidas contra el comercio, cosa que no lo sabemos muy bien porque hay un duelo de declaraciones, la más floridas son de Míster Trump pero, no sabemos en realidad qué pasa. Lo que sí es probable que haya efectos en el corto plazo que creo se van a dar de manera mixta porque , por ejemplo, en el caso que haya alguno de los productos norteamericanos que no entren a China o que entren a precios más altos podría generar una baja de precios por sobre stock”
En esta línea recordó el caso de Concha y Toro. La semana pasada, las acciones de ésta subieron tanto en Chile como en la Bolsa de Nueva York, ya previendo que va a producirse una mayor demanda por vino chileno. “Eso es una muestra de que se den en el corto plazo efectos positivos, pero, en general, el flujo más bajo de comercio afecta las tasas de crecimiento de los países más grandes y a su vez eso genera una menor demanda sobre nuestros productos, por lo tanto, en el mediano plazo, los efectos no debieran ser buenos”
Por otra parte, agrega Gajardo, está el tema financiero, de cómo van a reaccionar los mercados financieros. “Da la impresión que la turbulencia hace que las tasas de interés pueden ser más altas, lo cual es negativo”.
“En todo caso-dijo- los efectos hay que verlos cuando se decante la situación y cuando veamos si hay otros países que entran en la misma órbita. Hasta el momento, está salvado porque así lo dice Trump. Aún es un poco temprano para darse cuenta cuál va a ser la magnitud, naturaleza de los efectos”.
En cuanto a Chile, señaló que “Chile está híper expuesto a los vaivenes de la economía internacional. Entonces, supongo que el ministro de Hacienda (Felipe Larraín) está pensando en que en el mediano plazo habrá menores tasas de crecimiento de China y Estados Unidos. Producto de esto rebotan en la demanda de nuestros bienes de exportación y eso pudiera generar una previsión de una menor tasa de crecimiento”.
Problemas mayores
Para Eugenio Rivera, economista de la Fundación Chile 21, la pregunta clave en este conflicto es si “esto puede llegar a mayores o no y de alguna manera siempre la política está muy intrincada con la economía y en este caso, en general, Trump está muy enfocado a asegurar que en las elecciones de noviembre el partido republicano no tenga una derrota. Creo que ahí hay un elemento central, está en la campaña por asegurar que sus votantes permanecen fieles a ellos y el Partido Republicano parece fuerte. Eso explica varias de sus acciones”.
“Entonces, eso explica varias de sus acciones y como él no tiene mucha preocupación respecto a los efectos no deseados o laterales, creo que él está entrando en territorio muy peligroso porque uno sabe cuando comienzan estas confrontaciones pero, no cuando terminan. Es peligroso pensar que son solo fanfarronadas. Creo que aquí comienza a consolidarse la idea que pueden venir acciones más fuertes de Estados Unidos y respuestas más fuertes de los chinos porque de alguna manera está en cuestión el tema comercial pero detrás de eso está en juego la hegemonía en la economía y política internacional”, planteó.
Rivera argumentó “que hay que tener claro que es posible que esto derive en problemas mayores”.
En relación con Chile cree que “es difícil determinar el impacto neto porque efectivamente uno puede constatar efectos positivos. Por ejemplo, si China le da realidad a la idea de ponerle impuesto a los vinos californianos eso puede derivar, en definitiva, en aspectos positivos para Chile y eso podría ocurrir en una serie de productos”.
“Al mismo tiempo hay problemas que se generan por el concepto que se llama del biocomercio cuando un país le pone impuestos de importación a otro país. El país exportador lo que le interesa es vender y a cualquier precio. acero, efectivamente China podría invadir el mercado internacional con acero chino y en ese sentido poner en problemas serios a la industria del acero en Chile”, señaló.
Manuel Marfán, economista, ex vicepresidente del Banco Central, comentó que las escaladas proteccionistas no tienen techo y de continuar “sería un desastre, ya que claramente siempre siempre el mundo ha sido mejor con economías más abiertas que con economías cerradas”.
El arancel de EE UU puede afectar al 12% de los productos importados desde China. Al ser una disputa sobre tecnología y propiedad intelectual, añaden, podría impactar a artículos que incluyen ordenadores y teléfonos móviles. La primera decisión china fue atacar desde la carne de cerdo, frutas y vino hasta metales como tubos de acero que se compran a Estado Unidos.
Ahora los chinos anuncian una segunda ronda de aranceles si Trump no se sienta a conversar el tema con ellos. El problema es que para el Presidente estadounidense esto es más político que comercial porque él nunca quiere perder liderazgos y ha convertido la reducción de la brecha comercial en un pilar central de su política económica.
La segunda ronda de aranceles anunciadas por Beijing, que entrarán en vigencia en caso de que Trump acabe por oficializar esta nueva ronda de aranceles estadounidenses contra productos de alta tecnología chinos. Es una lista que ha sorprendido por su contundencia. “El Gobierno chino preferiría no aplicar estas contramedidas porque tienen un costo para el país. Pero seguirá adelante con los aranceles para disuadir a Estados Unidos; China necesita dejar claro que está dispuesta a responder del mismo modo si es necesario”, explica Julian Evans-Pritchard, economista de la consultora Capital Economics.
Reducir déficit comercial
Un especialista español dice que “las amenazas y las listas, sin embargo, muestran cuál es la actitud de las dos potencias. Trump cree que forzando la mano logrará que China entre en razón, porque depende más del mercado de EE UU que al revés. Su objetivo es reducir el déficit en 100.000 millones”.
“Beijing contraataca donde puede hacer políticamente más daño al republicano en las elecciones de noviembre e incluso en 2020: las comunidades rurales. La agricultura generó más de 19.000 millones en exportaciones hacia China en 2017, con 12.360 millones solo en soja. La segunda mayor partida son aviones comerciales, con 16.260 millones, seguida por los automóviles, con 10.500 millones” detalla.
China también es uno de los tres principales mercados para el equipamiento médico que se exporta desde EE UU, así como maquinaria industrial metales y computadoras y componentes electrónicos. La mayor economía asiática es receptora además de combustibles refinados, como el gas natural licuado, y otros derivados del petróleo, lo que explica los nervios en el sector energético, otro lobby de apoyo a Trump.
Segunda potencia
EE UU es la segunda potencia comercial del mundo. Exportó bienes por valor total de 1,55 billones en 2017. Si se incluyen los servicios, una categoría que siempre evita citar Trump porque está en superávit, ese volumen global asciende a 2,33 billones. Sin embargo, el pasado ejercicio registró importaciones que ascendieron a 2,89 billones, de las que 2,36 billones fueron en bienes.
China es el gran contribuyente a este desequilibrio. Las estadísticas del Departamento de Comercio más recientes reflejan que las importaciones de bienes chinos ascendieron el año pasado a 505.600 millones de dólares, un 9% más que en 2016. Es el mayor suministrador de bienes por delante de México y Canadá, sus socios en la zona de libre cambio en Norteamérica (Nafta).
Las compañías estadounidenses realizaron por su parte exportaciones al otro lado del Pacífico por valor de 130.400 millones. En este caso mejoraron un 12% en el año. China es el tercer destino de los bienes de compañías estadounidenses, por detrás de Canadá y México. Duplican los que van hacia Japón y Alemania. Se estima que el comercio genera unos 910.000 empleos en EE UU.
Perjuicios
Las autoridades chinas rebajan sensiblemente la cifra de déficit que defiende Donald Trump. Según datos de las aduanas, el país asiático registró un superávit comercial de 275.810 millones de dólares frente a Estados Unidos, un desequilibrio récord en los intercambios bilaterales de mercancías, pero menor (en 100.000 millones de dólares) a lo contado por Washington. El comercio con la primera potencia mundial generó el 65% del superávit comercial chino global.
Los más de 1.300 productos identificados hasta ahora por Washington para una nueva ronda de tarifas impactan directamente en el ambicioso programa de reconversión industrial china, cuyo objetivo es convertir al país en líder mundial en alta tecnología para el año 2025.
EE UU representa el 15% de las exportaciones globales de China. Llega de todo, especialmente electrónica y semiconductores que se consumen en masa en EE UU. Los teléfonos móviles manufacturados en fábricas chinas tuvieron un valor de 70.390 millones, a la que se suman 31.610 millones en accesorios.
El miedo es que el choque provoque una ruptura que dañe las relaciones entre las dos potencias, amenace el crecimiento y la estabilidad financiera. El riesgo de una guerra comercial, según el BBVA, “es bajo” y ven la maniobra de Trump como una “táctica” negociadora.
En la misma línea se expresa el profesor Xu Bin, de la escuela de negocios CEIBS, que confía en que ambos países encontrarán una solución negociada y evitarán un conflicto comercial a gran escala. “Estoy seguro de que el año que viene el déficit comercial se reducirá; China está dispuesta a hacer esfuerzos para que así sea. Pekín puede comprometerse a acuerdos que no afecten directamente a sus exportaciones hacia EE UU, desde aumentar su volumen de importaciones a animar a sus empresas a producir en suelo estadounidense”, sostiene.
Incredulidad china
El Gobierno de China aseguró este lunes que no es posible mantener negociaciones con Estados Unidos para evitar una guerra comercial entre las dos economías, debido a las amenazas de Washington en forma de aranceles.
En ese sentido, prepara un comunicado en el que se anunciará que profundiza en sus reformas para promover el comercio y la liberalización de la inversión, erigiéndose en un firme defensor del libre comercio, según informa la agencia Reuters.
Además, Li Keqiang, primer ministro, transmitió en una reunión con Antonio Gutierres, secretario general de la ONU, que “desafiar el multilateralismo con unilateralismo amenazará la paz y la estabilidad”.
Las fricciones
“Bajo las actuales circunstancias es imposible emprender negociaciones comerciales y las fricciones son culpa de Estados Unidos”, destacó en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Geng Shuang.
“Estados Unidos por un lado utiliza las sanciones como amenaza y por otro dice querer iniciar negociaciones, pero no sabemos cuál es el verdadero motivo tras esto”, subrayó Geng, que insistió en que China responderá a las medidas proteccionistas de EE.UU. con las contramedidas que sean necesarias.
“Si EE.UU. anuncia finalmente nuevos aranceles por valor de 100.000 millones de dólares (como el presidente Donald Trump insinuó la semana pasada) inmediatamente adoptaremos contramedidas sin dudarlo”, lanzó Geng.
El portavoz también advirtió que “el pueblo chino siempre cumple sus promesas”. “Nadie debe infravalorar nuestra decisión a la hora de salvaguardar nuestros derechos e intereses legítimos”, añadió.
Geng señaló, por otra parte, que los primeros afectados por la posible guerra comercial han sido los valores de las Bolsas estadounidenses, uno de los motivos que adujo para pedir a Washington que “no malinterprete la situación y detenga sus medidas lo antes posible”.
Efecto en Chile
En tanto en nuestro país también se comenta esta guerra comercial, la cual no se sabe dónde podría llegar o en qué terminará.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín señaló que “la guerra comercial, en caso de ocurrir, es definitivamente negativa. Esto de generar medidas proteccionistas para tratar de obtener alguna penetración en los otros mercados, que es lo que me imagino está detrás de lo que están buscando, es sin duda jugar con fuego”.
Larraín advirtió que “no saquemos cuentas alegres, cuentas de corto plazo porque estamos todos involucrados. Si aquí tenemos una caída del comercio mundial, a raíz de la guerra comercial, las estimaciones son que cada 5% de aumento en la protección tenemos entre un 0,1 y 0,3 puntos de menor crecimiento de la economía mundial”.
Caso Concha y Toro
El economista de la Facultad de Economía y Negocios de la UCEN, Jorge Gajardo señaló: “Creo igual que muchos que está por verse cuál va a ser la magnitud, la profundidad de las medidas contra el comercio, cosa que no lo sabemos muy bien porque hay un duelo de declaraciones, la más floridas son de Míster Trump pero, no sabemos en realidad qué pasa. Lo que sí es probable que haya efectos en el corto plazo que creo se van a dar de manera mixta porque , por ejemplo, en el caso que haya alguno de los productos norteamericanos que no entren a China o que entren a precios más altos podría generar una baja de precios por sobre stock”
En esta línea recordó el caso de Concha y Toro. La semana pasada, las acciones de ésta subieron tanto en Chile como en la Bolsa de Nueva York, ya previendo que va a producirse una mayor demanda por vino chileno. “Eso es una muestra de que se den en el corto plazo efectos positivos, pero, en general, el flujo más bajo de comercio afecta las tasas de crecimiento de los países más grandes y a su vez eso genera una menor demanda sobre nuestros productos, por lo tanto, en el mediano plazo, los efectos no debieran ser buenos”
Por otra parte, agrega Gajardo, está el tema financiero, de cómo van a reaccionar los mercados financieros. “Da la impresión que la turbulencia hace que las tasas de interés pueden ser más altas, lo cual es negativo”.
“En todo caso-dijo- los efectos hay que verlos cuando se decante la situación y cuando veamos si hay otros países que entran en la misma órbita. Hasta el momento, está salvado porque así lo dice Trump. Aún es un poco temprano para darse cuenta cuál va a ser la magnitud, naturaleza de los efectos”.
En cuanto a Chile, señaló que “Chile está híper expuesto a los vaivenes de la economía internacional. Entonces, supongo que el ministro de Hacienda (Felipe Larraín) está pensando en que en el mediano plazo habrá menores tasas de crecimiento de China y Estados Unidos. Producto de esto rebotan en la demanda de nuestros bienes de exportación y eso pudiera generar una previsión de una menor tasa de crecimiento”.
Problemas mayores
Para Eugenio Rivera, economista de la Fundación Chile 21, la pregunta clave en este conflicto es si “esto puede llegar a mayores o no y de alguna manera siempre la política está muy intrincada con la economía y en este caso, en general, Trump está muy enfocado a asegurar que en las elecciones de noviembre el partido republicano no tenga una derrota. Creo que ahí hay un elemento central, está en la campaña por asegurar que sus votantes permanecen fieles a ellos y el Partido Republicano parece fuerte. Eso explica varias de sus acciones”.
“Entonces, eso explica varias de sus acciones y como él no tiene mucha preocupación respecto a los efectos no deseados o laterales, creo que él está entrando en territorio muy peligroso porque uno sabe cuando comienzan estas confrontaciones pero, no cuando terminan. Es peligroso pensar que son solo fanfarronadas. Creo que aquí comienza a consolidarse la idea que pueden venir acciones más fuertes de Estados Unidos y respuestas más fuertes de los chinos porque de alguna manera está en cuestión el tema comercial pero detrás de eso está en juego la hegemonía en la economía y política internacional”, planteó.
Rivera argumentó “que hay que tener claro que es posible que esto derive en problemas mayores”.
En relación con Chile cree que “es difícil determinar el impacto neto porque efectivamente uno puede constatar efectos positivos. Por ejemplo, si China le da realidad a la idea de ponerle impuesto a los vinos californianos eso puede derivar, en definitiva, en aspectos positivos para Chile y eso podría ocurrir en una serie de productos”.
“Al mismo tiempo hay problemas que se generan por el concepto que se llama del biocomercio cuando un país le pone impuestos de importación a otro país. El país exportador lo que le interesa es vender y a cualquier precio. acero, efectivamente China podría invadir el mercado internacional con acero chino y en ese sentido poner en problemas serios a la industria del acero en Chile”, señaló.
Manuel Marfán, economista, ex vicepresidente del Banco Central, comentó que las escaladas proteccionistas no tienen techo y de continuar “sería un desastre, ya que claramente siempre siempre el mundo ha sido mejor con economías más abiertas que con economías cerradas”.