En nuestra editorial de esta semana llamamos la atención sobre si la reforma tributaria saltaría la primera valla legislativa que es la Sala de la Cámara y si acaso el ministro de Hacienda Mario Marcel habría hecho “la articulación política” necesaria para tener una mayoría de votos que permitiese su aprobación.
Ya sabíamos que la derecha y la ultraderecha no apoyarían la reforma tributaria, así lo sostuvieron durante meses en la Comisión de Hacienda de la Cámara insistiendo que era mejor ampliar “la base tributaria” que instalar un impuesto al patrimonio de los más ricos, que en la práctica es sostener ampliar los impuestos personales a las personas de clase media que sobreviven con $900.000 mensuales.
El Ministro de Hacienda sabía que no tendría los votos de la derecha y la ultraderecha ni para la idea de legislar; entonces su campo de acción en estos meses era asegurar los votos de la coalición oficialista, convencer a la DC, al PDG y a los ex DC y Amarillos y esa tarea no la hizo bien.
Mirando la votación -73 votos a favor, 71 en contra y 3 abstenciones que se suman a los rechazos- quedó claro que los ex DC como Calisto, los PDG votaron junto a la derecha rechazando la idea de legislar, el diputado de Amarillos se abstuvo y solo logró persuadir a los 5 votos de diputados DC; pero lo más grave fue que 3 diputadas de izquierda de pequeños partidos que apoyan al gobierno como Partido Ecologista y Acción Humanista se restaron de la votación con lo cual el gobierno perdió 3 votos para el proyecto de ley más importante para su gestión gubernamental.
Este martes en la noche ya se sabía que la diputada Viviana Delgado había tenido una fuerte discusión a gritos con Ministro de Educación y que ante esta agresión las diputadas Arce y Jiles habían solidarizado con ella y además habían solicitado la renuncia del ministro de Educación.
Si se constata una votación estrecha, donde se gana o pierde por 1 o 2 votos, esta molestia de las diputadas Delgado, Arce y Jiles debió haber sido conversada y administrada por el equipo gubernamental como una prioridad a resolver y no arriesgarse a perder la votación por un voto.
Ese error de cálculo, esa falta de gestión política y la nula capacidad de construir un acuerdo político más amplio fueron los errores que cometió Ministro Marcel en la tramitación de este proyecto. Concedió innovaciones a la derecha en la Comisión, pero no significaron acuerdos mínimos para aprobar la idea de legislar. Políticos de gran tonelaje señalan que para una gran reforma tributaria, se requieren grandes acuerdos políticos.
A lo mejor Marcel creyó que los buenos números económicos (Imacec 0,4%, IPC -0,1%) le daban un crédito para obviar y saltarse una negociación en la Cámara de Diputados y que debía centrarse en la real negociación en el Senado. Error mayor de cálculo político de Marcel, que revela que omitió los consejos de sus antecesores que remarcaron que las reformas tributarias requieren acuerdos políticos amplios y así fue desde los 90’.
Tampoco Marcel supo administrar el episodio coyuntural de las molestias por gritoneo de Ministro de Educación a la diputada Delgado. La reforma tributaria era la principal iniciativa legislativa del gobierno, le daba los recursos para financiar sus compromisos programáticos de una PGU a $250.000, instalar un sistema nacional de cuidados -que no se conocían muchos detalles- y tener mayoría parlamentaria era un imperativo político que obligaba a un fuerte despliegue gubernamental que claramente no se hizo y que partió por no escuchar el reclamo de un grupo de sus diputadas.
De este modo, en el día Internacional de la Mujer, el Ministro de Hacienda sufrió una fuerte derrota política en la Cámara al no tener mayoría para aprobar la Reforma Tributaria. Le faltáron los tres votos de mujeres diputadas de izquierda...
Una derrota que pudo evitarse si se hubiera escuchado a esas 3 diputadas o si se hubiese negociado con la derecha o parte de ella; porque Hacienda olvido lo principal: que es negociar y construir acuerdos que le den mayorías para hacer reformas económicas que duren en el tiempo.
Inexcusable error de un Ministro de Hacienda que tenía la trayectoria, la experiencia y las capacidades para construir esos mínimos acuerdos que permitieran aumentar la recaudación fiscal.
Este nuevo escenario debiera permitir debatir de manera transparente el uso y destino de los ingresos fiscales extras que ha generado el royalty al Litio (casi US$ 5.000 millones el año pasado y ahora en enero lleva ya recaudado US$ 1.100 millones proyectándose una recaudación superior a la del año pasado). Estos ingresos extras pueden permitir suplir la falta de recursos de la reforma rechazada y así reingresar una Reforma Tributaria negociada vía Senado o en un año más vía Cámara de Diputados.
Ojalá se aprenda de los errores.