Este viernes se conoció la sentencia definitiva de la Corte Suprema por los delitos de homicidio calificado de Rodrigo Rojas de Negri y de homicidio frustrado de Carmen Gloria Quintana, que confirmó las penas de 10 militares involucrados en distintos grados.
Ambos jóvenes fueron detenidos por una patrulla del Ejército en 1986 en la comuna de Estación Central.
Fueron golpeados y rociados con bencina. Luego les lanzaron un fósforo y los quemaron vivos. Seguidamente los subieron a un camión militar y los llevaron a las cercanías del aeropuerto. En un lugar deshabitado, los botaron en una acequia. Y huyeron.
Tres jóvenes trabajadores agrícolas los encontraron agónicos. Llamaron a carabineros y a la ambulancia. Los llevaron a la Posta Central. Allí, luego de tres días muere Rodrigo Rojas. Y Carmen Gloria Quintana estuvo más de un mes al borde de la muerte. Luego de múltiples operaciones logró sobrevivir. Incluso fue enviada al extranjero para hacerle injertos en su cuerpo. Y estudió en la universidad y se tituló de sicóloga.
A través de una declaración pública, la sicóloga Carmen Gloria Quintana se refirió al fallo y sentencia final, señalando alivio pues “me permite cerrar un capítulo muy doloroso de mi vida, que se extendió por casi 38 años y que me dejara secuelas por siempre”.
“La Corte Suprema establece la verdad oficial y definitiva, que ya nadie puede desmentir y que quedara para la historia: dos jóvenes que luchaban por la democracia fueron quemados vivos por militares de la dictadura cívico militar de Pinochet”, señaló.
Sin embargo, también apuntó a la tardanza de la justicia y a lo irreparable del daño causado. “Por un lado, estoy alegre de que se establezca la condena de los principales responsables de esta barbarie y me da tristeza por el hecho que han pasado 38 años para que se logre este fallo, 38 años después es demasiado tiempo, pues nada podrá reparar el daño que debió afrontar mi familia, de una parte, el sufrimiento y la carga emocional de revivir el trauma en cada etapa del proceso judicial”, dijo.
También se refirió al proyecto promovido por parlamentarios de oposición que, de ser aprobado, permitiría a enfermos terminales o mayores de 70, presos por violaciones a los DD.HH., cumplir su pena en arresto domiciliario.
“Me preocupa esta nueva ley (pseudo amnistía) que ya fue aprobada en el Senado, la cual permite a los delincuentes de más de 70 años reportar su pena a domicilio, si esto se llegara a aprobar, sería una nueva afronta, muy dolorosa para mí, mi familia y miles de víctimas de violaciones a los DD.HH., es un mecanismo que busca una “impunidad brutal“, por ejemplo, en mi caso la mayoría de los oficiales condenados es mayor de 65 años, o sea pagaran solo 5 años de cárcel por la muerte de Rodrigo y mis lesiones graves”, criticó.
Finalmente, con respecto a los pactos de silencio y al avance de la justicia y el conocimiento de la verdad, señaló que “los militares aún ocultan la información de las violaciones a los Derechos Humanos no solo a los tribunales, sino al Poder Ejecutivo y al Legislativo“.