Extraña ironía del destino que en una ciudad cuyo nombre es Dongguan (que nosotros podemos pronunciar Don Juan tranquilamente), los hombres inescrupulosos y libertinos tengan una vida repleta del “amor” de muchas mujeres. Una, dos, tres… las que quieran. Ellas comparten sin reparos, y en algunos casos, hasta los mantienen.
No se trata de un cambio de paradigma. Ni de liberación sexual. Ni que los hombres de esa ciudad tengan un poder especial. La explicación es un asunto demográfico. Sucede que en Dongguan, ciudad ubicada en la provincia de Guangdong, en la República Popular China, hay más mujeres que hombres. Muchas más.
Es el único lugar en todo China, donde los hombres son minoría. En el resto del gigante asiático, la cantidad de hombres supera en millones a las mujeres. Según la agencia de noticias del gobierno chino, 110 varones nacen por cada 100 niñas. Se estima que para el año 2020 habrá entre 20 y 30 millones de hombres en China sin pareja.
La razón es que a comienzos de los años 80 se impuso en China la política de un solo hijo. Después del primer hijo, se obligaba a las madres a abortar. En general, los chinos han preferido hijos varones, en parte porque la cultura desestima a las mujeres. Pero, además, había una razón práctica. En el campo, donde la supervivencia depende del trabajo duro, se preferían los varones por su mayor fuerza. Además, las hijas se casan y se van, por lo que su trabajo ayuda a la familia del esposo. Si nacían hembras, las mataban o las ofrecían en adopción a extranjeros.
Pero Dongguan es la excepción. Y esto se debe, según explica el periódico inglés Mirror, a que las fábricas locales, que en realidad son enormes plantas de ensamblaje (similares a las que tenemos en Tierra del Fuego) de productos electrónicos, entre ellos los populares iPhones y iPads, prefieren no contratan a los hombres, ya que los encuentran poco fiables. En su lugar ofrecen trabajo principalmente a las mujeres.
Este gran desequilibrio generó que la ciudad se convierta en un polo del turismo sexual. Por lo que se ganó el mote de “Ciudad del sexo”. Miles de hombres, no solo de China, visitan la ciudad. Algunos buscando esposa, otros sólo diversión. Y la encuentran.
“Pero ellas prefieren la disposición, ya que es mejor que estar sola”,
Las mujeres, que en su gran mayoría son jóvenes de otras ciudades, han tenido que adaptarse a esta insólita situación. Y, los hombres, felices.
“Es mucho más fácil encontrar una novia que un trabajo”, le contó un hombre a la televisión local. Y agregó que algunos hombres tienen tres o cuatro novias permanentes al mismo tiempo. “Yo quiero una esposa, pero la mayoría sólo quiere pasar el rato”, agregó.
Los pocos hombres que sí tienen puestos de trabajo en las fábricas están en una posición aún mejor cuando se trata de encontrar una novia, porque la mayoría de las mujeres terminan de pasar largas horas en el trabajo en las líneas de producción. Esto significa que si buscan el amor, el principal lugar para ellos encontrar consuelo es desde dentro de la empresa.
“Es mucho más fácil encontrar una novia que un trabajo”, le contó un hombre a la televisión local
Li Bin, un obrero migrante desde el suroeste de la provincia de Sichuan, dijo: “Tengo tres amigas, y todos ellas saben sobre las demás. Muchos de mis amigos también tienen muchas novias. Hay tantas mujeres trabajadoras jóvenes e ingenuas en la ciudad ¿Por qué no aprovecharse si todo el mundo está aquí para divertirse?, si no lo hago yo, otros lo harán”. Li Bin también contó que los hombres que tienen una sola pareja son vistos como “tontos”.
A Yi, de 25 años, también natural de Sichuan, contó que llegó a Dongguan en busca de una esposa, ya que en su pueblo natal la dote de una novia le costaría alrededor de 5.000 dólares. “Hay un montón de mujeres en Dongguan, y ellas no quieren dinero. Sólo quieren un hombre”, sintetizó A Yi, quien actualmente se encuentra desempleado, pero no se preocupa, asegura, porque una de sus novias lo mantiene.
Según Guangdong Women's Rights and Information Service, las mujeres en Dongguan fingen que no saben que sus parejas tiene otras parejas simultáneamente, o sencillamente no les importa. Algunas de esas “otras” novias de su pareja son colegas suyas, incluso en la misma fábrica. “Pero ellas prefieren la disposición, ya que es mejor que estar sola”, determinó Guangdong Women's Rights and Information Service.
La mayoría de las mujeres en Dongguan eventualmente regresan a sus pueblos para casarse. La idea es que su estilo de vida en la “capital del sexo” es temporal, y simplemente un mal necesario.