Los peritos de la Corte Suprema de Justicia de Argentina establecieron que la actriz y productora Andrea del Boca percibió más de 24 millones de pesos por la realización de la novela "Mamá Corazón", que financió el Ministerio de Planificación, cuando estaba a cargo de Julio De Vido por intermedio de la Universidad de San Martín. El informe confirmó que se cobró el "76,01% del total".
Según la denuncia hubo una ganancia de $3,26 millones, que fue el 12% de lo que pagó el extinto ministerio para la novela.
En el expediente se consignó que “Mamá Corazón” tuvo un costo de $36,6 millones. Y la ganancia de la productora A+A Group fue de $3,26 millones. Fue una contratación directa, triangulada entre la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Ministerio de Planificación, para la realización de 25 capítulos. El convenio para su realización fue firmado en julio de 2015 y a la productora de Andrea del Boca se le habían pagado más de $24 millones, según el informe pericial.
Los peritos de la Corte aconsejaron realizar una auditoría, para certificar si son reales o no los gastos reflejados en las facturas de la productora de Andrea del Boca.
Para la realización del informe se compulsó información de la Universidad de San Martín y documentación aportada por el Banco Central y los bancos HSBC, Santander Río y Patagonia. Todo fue cotejado con los registros contables de A+A Group SRL como también todos sus libros de IVA, Ventas y Compras y balances.
"Mamá Corazón" se realizó entre julio de 2015 a noviembre de 2016, “mientras los cierres de ejercicio contable de A+A Group SRL se producen cada 31 de diciembre, y "no se ha contado con cierres de saldos contables mensuales”, señala el documento al que accedió Clarín. Esto generó que los peritos de la Corte no pudieran realizar cortes de saldos a fechas determinadas.
La actriz logró renombre internacional al ser contratada por la cadena peruana Panamericana, para grabar en Buenos Aires la telenovela "Papá corazón", alcanzando gran popularidad. En la serie ―junto a Laura Bove y Norberto Suárez― encarnó a Pinina, una niña huérfana.
Por ese trabajo, recibió el Premio Martín Fierro como revelación y también los primeros hondazos de la prensa y las asociaciones de psicólogos: es explotada por sus padres, no vive de acuerdo con su edad, hace llorar a los niños. En la novela hablaba con la madre muerta, cosa que fue muy criticada.