Mediante la práctica de comprar empresas quebradas pero con deudas, rebajó miles de millones de pesos de utilidades. Además dejó de pagar otros varios miles de millones de impuestos. Lo que no se ha dicho es que en contra de utilidades futuras hizo retiros por $91 mil millones cuyos impuestos, al no tener utilidades en esas empresas por cuatro años, nunca pagó. Las pérdidas fiscales superan el billón de pesos.
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